martes, 25 de noviembre de 2008
Nos engañan ( y nos roban tiempo)
Vaya mierda el tiempo que hace que no escribo. Esto es un signo inequívoco de que el sistema no funciona, alguien nos roba el tiempo y no nos damos cuenta. Allá con quien hablo, se trata de una persona que no tiene tiempo para nada. O es el nuevo signo de status después de los abdominales, lo de quejarse por la falta de tiempo, o habrá que investigar qué coño pasa desde hace una década con la mierda del tiempo. Lo que sea antes de reconocer ese gargajo de que el tiempo vuela cuando te haces mayor! Así que, quien sepa quién nos roba el puto tiempo y cómo lo hace, que comente y lo exponga, todo será bien considerado.
El tono conspiranoico me viene de perlas para exponer el must watch que viene a continuación; los famosos Zeitgeist, documentales interneteros, gratuítos y de libre distribución, en plan evangelio, de orígenes inciertos (un tal Peter Joseph, físico neerlandés, si no me equivoco, del que no se sabe demasiado) y metas más inciertas todavía.
En una palabra: me he pasado mucho tiempo mencionando eso de que nos aproximamos inexorablemente hacia un holocausto zombie en el que los monstruos seremos nosotros mismos, mermados por los medios, pero, quién controla ese proceso y en qué consiste? Pues bueno, esto es una buena respuesta, que vete tú a saber si va acertada o no. El primer documental arremete contra la religión, la administración Bush y el sistema financiero, por orden. Cuando digo arremete, quiero decir que amontona salvajes ataques contra las instituciones con el descontrol que propicia la distribución altruista y ese tono semianónimo que envuelve todo esto, lo cual es una muestra del poder desperdiciado que posee la red y que no tardarán en arrebatarnos si seguimos con nuestra puta diligencia en materia de decisiones gubernamentales (el tema del cánon es una avanzadilla psicológica que nos han metido hasta las trancas).
Son un par de horitas cada uno, así que tendréis que engañar como sea al bastardo ese que nos roba el tiempo, pero se hace muy, muy entretenido, es difícil decidir el punto donde dejarlo para hacer una pausa, sobre todo porque hay densidad de información.
La segunda parte, un tal Zeitgeist: Addendum, hace más hincapié en el tema del sistema monetario, aprovechando los tiempos que corren (y coincidiendo con todo lo que se cuenta en los enlaces que comentaba aquí), y habla también sobre los métodos contemporáneos de invasión imperialista, que es lo más escalofriante de todo, donde un tal John Perkins, quien afirma ser un sicario económico, relata cómo se somete a un país entero a través de la deuda. Este tío, por otro lado, parece que ha sido tildado de "mercachifle vanaglorioso de estupideces" por un menda del Washintong Post, con lo cual, la duda está servida :).
Acaba con un ingeniero viejuno hablando sobre un proyecto de sociedad ideal basada en el desarrollo tecnológico a cholón (el llamado Venus Project) que es de lo más freak que se puede escuchar de una persona que habla en serio. Lástima que no tenga pinta de vivir para ver su utopía realizada...
Lo dicho, he encontrado por ahí análisis refutando cosas, datos imprecisos y otros errores con no sé qué intención, pero han conseguido que no pueda creer una palabra a alguien que vista con traje, y no creo que eso sea malo. Lo cierto es que si hay media verdad en algo de esto, es para comprarse una escopeta y aprender a montarla con los ojos cerrados :). Y repasar la Guía de Supervivencia Zombie.
Imprescindible reality host, muy sano para la puta cabeza, en cualquier caso.
Podéis verlos pinchando aquí:
Zeitgeist
Zeitgeist: Addendum
miércoles, 12 de noviembre de 2008
Manual del mendigo
No es que exista tal manual, joder, sería el colmo de la depredación comercial, y lo cierto es que algunos casos me llaman mucho la atención sobre este hecho. Por ejemplo, cuando se ejerce la mendicidad en entidades de crédito. Vamos a ver: los bancos y demás sanguijuelas sociales se han forjado una reputación a lo largo de muchos, muchos años. Es el motivo por el que me puedo referir a ellos tranquilamente como sanguijuelas, o cualquier otro mote jocoso y relacionado con lo parasitario.
En este contexto, me deja alucinado cuando entra un mendigo, persona de corte altruísta o estafador enmascarado que pide donativos de cualquier tipo en un banco. "Aquí tienen mucho dinero", deben pensar. Y cómo crees que se consigue ese dinero, alma cándida??
A veces no piden dinero sin más, sino que venden algún tipo de ornamento con la intención de que sirva de adorno a la oficina. Je, je. Sólo basta echar un vistazo en derredor para que el asfixiante espectro corporativista nuble tus sentidos! En efecto, prácticamente todo es dispuesto por la entidad de acuerdo con el código de colores y estándares que visten sus clónicas sucursales y, creedme, está controlado (lo que no quita que, igual, puedas tener una diminuta pegatina en la esquina del monitor, o tu jefe se ponga baboso en navidad y te haga poner grimosos adornos de mierda por doquier).
En cuanto a la reacción del propio empleado, no esperéis compasión alguna. Daos cuenta de que una situación así es entendida por nuestros superiores como una prueba de evaluación de tu adhesión al lado oscuro...!! los bancarios no podemos mostrar debilidad en un momento así.
Por eso invito desde aquí a la reconsideración antes de entrar en uno de estos lugares a pedir nada, se ahorra tiempo, misantropía y pulsos extraños con empleados alienados.
Es un triste consejo de Bancario Sectario ;)!
En este contexto, me deja alucinado cuando entra un mendigo, persona de corte altruísta o estafador enmascarado que pide donativos de cualquier tipo en un banco. "Aquí tienen mucho dinero", deben pensar. Y cómo crees que se consigue ese dinero, alma cándida??
A veces no piden dinero sin más, sino que venden algún tipo de ornamento con la intención de que sirva de adorno a la oficina. Je, je. Sólo basta echar un vistazo en derredor para que el asfixiante espectro corporativista nuble tus sentidos! En efecto, prácticamente todo es dispuesto por la entidad de acuerdo con el código de colores y estándares que visten sus clónicas sucursales y, creedme, está controlado (lo que no quita que, igual, puedas tener una diminuta pegatina en la esquina del monitor, o tu jefe se ponga baboso en navidad y te haga poner grimosos adornos de mierda por doquier).
En cuanto a la reacción del propio empleado, no esperéis compasión alguna. Daos cuenta de que una situación así es entendida por nuestros superiores como una prueba de evaluación de tu adhesión al lado oscuro...!! los bancarios no podemos mostrar debilidad en un momento así.
Por eso invito desde aquí a la reconsideración antes de entrar en uno de estos lugares a pedir nada, se ahorra tiempo, misantropía y pulsos extraños con empleados alienados.
Es un triste consejo de Bancario Sectario ;)!
sábado, 8 de noviembre de 2008
Somos legión!
Pues sí, hemos abierto un nuevo espacio-comunidad entre cuatro ciberfacinerosos que me complace presentaros sin más demora: Borrachera de Poder.
Lo tenéis añadido a la lista de gente seria, en el margen. Todavía no estoy en disposición de explicar la mecánia exacta del blog, somos varios y dispersos, pero se funda en memoria de un par de alces que se rebelaron contra la opresión y el estado de privilegio humanos, denunciando al mismo tiempo la explotación sexual y bucólica de las reses... bueno, somos varios, hay más gente para preguntar... pero, eso sí, no os vamos a contar nada que no sea cierto!
Lo tenéis añadido a la lista de gente seria, en el margen. Todavía no estoy en disposición de explicar la mecánia exacta del blog, somos varios y dispersos, pero se funda en memoria de un par de alces que se rebelaron contra la opresión y el estado de privilegio humanos, denunciando al mismo tiempo la explotación sexual y bucólica de las reses... bueno, somos varios, hay más gente para preguntar... pero, eso sí, no os vamos a contar nada que no sea cierto!
domingo, 2 de noviembre de 2008
Cosas de zombis
Un par de cosillas: por un lado, de la mano de un colega de batallas roleras cuyo blog no puedo enlazar (porque no tiene), un enlace cojonudo: Survive the Outbreak.
Os acordáis de esos librillos rojos (negros si eran de D&D, que a mí me molaban casi más) de "Elige tu propia aventura"? Pues imagináos lo mismo, pero con una historia de zombis y en versión vídeo.
Es como una peliculilla en la que, en determinados puntos, debes tomar una decisión. Y no por haber visto más caspa tienes más posibilidades de avanzar en la historia; morir es la hostia de fácil.
Lo único malo, que existe un equivalente a aquello de poner el dedete en la página de bifurcación para volver atrás si las cosas se ponen feas.
Por otro lado, os dejo el cojonudo tráiler que ha aparecido de Sega sobre su próximo título de House of the Dead exclusivo para Wii, con un toque a lo GrindHouse que se mete a cuatro enfermos en el bolsillo, entre los que me incluyo (al loro con el tonteo fálico que se llevan con el wiimote).
sábado, 1 de noviembre de 2008
Cine del este
Acabando con el tema de La Mostra, y sin mucho tiempo, debo comentar que he vuelto a caer por segunda vez en la trampa del cine del este; el año pasado ya lo hice con una tal "Dark Deer" y este lo he repetido con la rusa "The Banishment". Que si son buenas, que si han ganado premios en festivales, que si gafapastas por aquí, que si tal y cual. Gafapastas: otro tema a destripar. Hoy en día, nadie es nada y todo el mundo va de algo. Éstos van de eruditos de la cultura contemporánea y, obviamente, hay mucha pose. Los había a montones, pura exhibición de pintillas y caras interesantes, y poca idea de lo que se cocía porque, no jodas, el evento no tenía tanta chicha. Son la decadencia de la cultura como los gotiotas lo son del movimiento. Pero bueno, en otro momento.
La película que nos ocupa: cumplía con todas las características que ya he advertido en otras ocasiones en el drama del este:
- Ahorro de unas pelillas en banda sonora. Dos murmullos en todas las dos horas y pico.
-Profusión extenuante de escenas de naderías; dos minutos viendo cómo la pava llena un cuenco, se lava las manos, se lava la cara, se la seca, lo vacía, lo seca, lo guarda, todo en completo silencio y así con otras ochocientas escenas parecidas, todas a plano fijo.
- Actores contratados por palabras: es muy habitual que entre escena y escena lo único que cambie en el audio sea el zumbido ambiental de la grabación.
-Drama en sentido estricto: en Rusia, un drama es UN DRAMA. Y no se ríe ni Cristo. Dos sonrisas en toda la película, y las esbozaban unos niños.
-Secuencias de principio a fin. Si en un plano vemos un coche que avanza lentamente desde una colina hasta una iglesia que hay al pie, nos mostrarán TODO el recorrido que hace el coche, hasta que llega a su destino, por si alguien no se lo cree, aunque le lleve hacerlo un par de minutos de reloj.
Y así, como habréis deducido, nos queda una película con una pequeña historia intrascendente de cuatro cosas convertida en un bobinazo de más de dos horas. Ahora que, con el frío que allí hace, y lo calentito que se estará en los cines, es posible que la gente se amotine en la sala si la peli dura menos de eso.
La película que nos ocupa: cumplía con todas las características que ya he advertido en otras ocasiones en el drama del este:
- Ahorro de unas pelillas en banda sonora. Dos murmullos en todas las dos horas y pico.
-Profusión extenuante de escenas de naderías; dos minutos viendo cómo la pava llena un cuenco, se lava las manos, se lava la cara, se la seca, lo vacía, lo seca, lo guarda, todo en completo silencio y así con otras ochocientas escenas parecidas, todas a plano fijo.
- Actores contratados por palabras: es muy habitual que entre escena y escena lo único que cambie en el audio sea el zumbido ambiental de la grabación.
-Drama en sentido estricto: en Rusia, un drama es UN DRAMA. Y no se ríe ni Cristo. Dos sonrisas en toda la película, y las esbozaban unos niños.
-Secuencias de principio a fin. Si en un plano vemos un coche que avanza lentamente desde una colina hasta una iglesia que hay al pie, nos mostrarán TODO el recorrido que hace el coche, hasta que llega a su destino, por si alguien no se lo cree, aunque le lleve hacerlo un par de minutos de reloj.
Y así, como habréis deducido, nos queda una película con una pequeña historia intrascendente de cuatro cosas convertida en un bobinazo de más de dos horas. Ahora que, con el frío que allí hace, y lo calentito que se estará en los cines, es posible que la gente se amotine en la sala si la peli dura menos de eso.
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