domingo, 3 de noviembre de 2013

Smartphones para dumb ones

Básicamente escribo sobre este tema porque tengo la cabeza llena de esta mierda ahora mismo. A diferencia de la mayoría de los mortales, suelo cambiar de móvil cada 3 ó 4 años, lo que hoy en día es una barbaridad, y me estoy documentando a fondo, ya que pretendo que el trasto me acompañe durante unos cuantos años y no quiero elegir lo primero que la operadora se le ocurra para esta temporada. Actualmente ya sé lo que voy a coger a mi pesar, pero no lo diré porque no quiero vender un teléfono a nadie, para esas cosas ya tengo el curro.
Lo que me ha motivado a escribir el post es la cantidad de veces que me he llevado las manos a la cabeza informándome sobre eso que llaman smartphones. Los móviles puede que sean muy inteligentes, pero la gente que los compra desde luego no, y los fabricantes lo son para lo que quieren, como es su deber. Y debe ser que como muchos nos hemos mantenido largo tiempo alejados de este mercado, ahora nos encontramos con las idioteces heredadas de tres años de demanda-zombi pusilánime y conformista.
En fin, sin más dilaciones, a continuación enumero las aberraciones que hemos aceptado como normales y que las personas sensatas con aspiraciones tecnológicas hemos de sufrir. A partir de aquí trataré de convencerte de que tu móvil es basura, sea el que sea:

  1. Baterías que duran un día o menos. Esta salvajada intolerable que va en contra del mismo concepto de móvil (porque sólo lo es durante menos de 24 horas!) ha sido aceptada tranquilamente a base de rebajas progresivas de autonomía, lideradas en sus inicios por los iZombies, que son los consumidores que más han consentido y malacostumbrado a los fabricantes por ser también los pioneros en muchas de estas mierdas. La carrera desenfrenada por dotar de potencia a un cacharro que sólo la necesitaba realmente para procesar videojuegos no se ha acompañado del desarrollo paralelo que requerían las baterías. Esto es, como ocurre con el 90% de los males del mundo, culpa del marketing, que constata que unas transiciones gráficas bonitas y una línea esbelta en las carcasas venden más que un móvil funcional en una emergencia. Las resoluciones 1080p para una pantalla de 5" tampoco ayudan a la duración de las baterías.
  2. Despertadores que no funcionan con el móvil apagado. De hecho, podríamos hablar de móviles que no se apagan bajo ningún concepto, porque los tiempos de arranque y detalles como el propuesto lo hacen inviable. Esta es una de las primeras sorpresas que se lleva quien estrena smartphone, porque nadie te avisa de ello y nadie sospecha que algo tan jodidamente básico no va a funcionar como toca. Ocurre con todos los SO mayoritarios (incluyo WinPho como tal).
  3. Tonos de llamada que no se pueden personalizar. O, si se puede, necesitas llamar al amigo informático a para programarlo a tu gusto. Esto es típico de iPhones (no se puede) y Windows Phone (muy complicado, por lo que se dice). Marcas, en fin, que quieren tener absoluto control sobre la imagen externa de SU aparato, no sea que alguien se deje de comprar una manzanita por algún tarado que con su tono de Camela vaya haciendo mala publicidad del producto.
  4. MP3 de orígenes inciertos que no se pueden transferir a gusto del usuario, sino que tienen que ser procesados por iTunes, Zune o no sé qué mierdas para comprobar metadatos, atentados pirateros a la industria zombi musical y demás soplapolleces. Control de lo que haces y lo que pones en sus aparatos, una vez más. Aros estrechos e invitaciones a comprar en sus tiendecitas. Tiendecitas que luego carecen de todo lo que a un perturbado como yo le puede interesar, olvidáos de sellos pequeños y demás mandanga underground. Aquí hay que romper una lanza a favor de Android, que no da problemas de estos, las cosas como son.
  5. Pantallas cinemascope. Desde los años 90 la industria luchando por tener el móvil más pequeño
    ¿Da risa o no da risa?
    y cómodo de llevar en el bolsillo, ya sea por alto, ancho o fondo, para que venga ahora Samsung a decirnos que las pelis se ven mejor en 6! pulgadas. Y, lo peor, un montón de revinientes que en los foros se quejan de estos tamaños, pero que compran los terminales porque tienen el procesador más esforzado del momento. Y lo curioso es que parece haber un contubernio diabólico en los fabricantes para colarnos esto, porque lo último en tecnología siempre se integra en uno de estos grandotes. Así, el que busca ir a la última se lleva uno de estas Smart-lápidas y se va acostumbrando a la nueva mierda que quiere imponer la industria, todavía no sé muy bien por qué. Una vez más, esto es contrario al mismo concepto de móvil y una gilipollez como un piano, a no ser que gustes de tomar notas a mano alzada y dibujar cipotes en la pantalla de tu terminal.
    Para mi gusto, el límite está en las 4,3", suponiendo unos marcos muy ajustados.
  6. Cosa que he leído en Windows Phone y me han confirmado con algunas versiones Android: el volumen del aparato no distingue entre llamada telefónica, reproducción multimedia y aplicaciones. Lo que quiere decir que, si bajas el volumen mientras escuchas música con auriculares por la salud de tu oído, es posible que, horas más tarde, no escuches que alguien te llama porque olvidaste subir el volumen. Esto es un fallo de colleja a mano abierta, no tiene justificación ni perdón de ningún tipo, una imbecilidad incomprensible que, se rumorea, Winpho arreglará en su versión GDR3 (aunque no es oficial).
  7. Pantallas rompibles, móviles a prueba de nada. La mayoría de los nuevos smartphones tiene un riesgo del 50% de quedar completamente roto al caer desde cualquier distancia. Esto es así porque es mucho más bonito que el frontal sea todo de cristal, porque es más barato fabricar con plástico malo, porque es más classy fabricar en aluminio y porque queda feo poner un borde de protección alrededor de la pantalla. Marketing. En el anuncio, el móvil es precioso. Luego ya le pondrás tu una funda de plástico transparente que se hace amarilla con el tiempo, un calcetín gorrino de quita y pon o alguna garrulada en plástico rígido que te afea y engorda el teléfono. Decisión tuya, que conste.
  8. Por último, el tema de las aplicaciones. Las más demandadas acaban estando en todas las plataformas, pero las de los servicios públicos locales, bancos, tiendas, etc, algunas de ellas bastante interesantes, sólo salen para iOS (cualquiera diría que en nuestro país hay tantos) o iOS / Android. Como tengas cualquier otra cosa estás jodido, sobre todo porque se están empezando a ver servicios que no tienen equivalente en una triste web accesible desde cualquier aparato. Es muy típico ver nuevos gadgets que buscan financiación en Indiegogo o Kickstarter que funcionan exclusivamente bajo el control de un móvil iOS / Android. Con lo saludable para todos que sería un control alternativo vía web html5 para que pudieran vender sus inventos también a Blackberries, Winphos, Tizens, Firefoxes y demás.

 Y lo más triste es que, cuando llegamos a casa, seguimos encendiendo el PC para cualquier cosa que exija tecleo. Porque, aunque no lo queramos reconocer, odiamos esos condenados teclados virtuales.

Redactado desde mi iPhone... si hombre, ¿te imaginas qué mierda?

lunes, 30 de septiembre de 2013

Vestigios de 1984 en 2013

Quien me haya leído ya sabrá que soy muy de ponerme a hablar de un libro, peli, videojuego, etc., antes de habérmelo acabado, es una cosa que no puedo evitar, si el asunto me emociona, no me hace falta esperar al final para ponerme a hablar / despotricar sobre ello. Esto es así con todo, excepto con Stephen King, cuyos finales pueden dar un giro de 180º a mi opinión, casi siempre para mal.
Además, me encontré el otro día con un artículo que comparaba nuestra situación actual con los dos clásicos de ciencia-ficción con futuro distópico más populares, esto es, Un Mundo Feliz de Aldous Huxley (1932) y 1984 de George Orwell (1949), decantándose más bien por el primero. Existe un tercero en discordia clásico y popular donde los haya, Fahrenheit 451 de Ray Bradbury (1953) que no me he leído y por ello pasaré por alto, aunque por lo que sé está muy centrado en el veto a la cultura para las clases populares.

Me hizo gracia porque en la tira gráfica parecía que había una disputa entre los vaticinios de Orwell y Huxley, cuando en realidad son  han sido perfectamente aplicables ambos. Y si bien en el mundo moderno podemos haber visto muestras de las dos escuelas alternándose según etapas y ciclos económicos, también hemos visto prácticas de ambos aplicadas en el mismo momento por distintos actores.

Lo que quiero hacer es repasar cada uno de esos puntos para el caso español, porque no estoy muy de acuerdo en la posible victoria de Huxley.

  1. En el caso de la cultura, es obvio que ambos han tenido su parte de razón en nuestras tierras. Aquí hubo un peso muy importante de la visión de Huxley en la época de las vacas gordas (90's-2007), cuando todos los paletos inquietos que saltaron de la escuela demasiado pronto demostraron al mundo que habían conquistado el mundo de las comodidades y el glamour ovino tomando un atajo. Sin saber apenas escribir, habían hecho un dinero con su trabajo en la construcción, sacaron una pasta vendiendo su piso o lo que es peor, se ganaron la confianza del banco y perdieron el miedo a endeudarse para entregarse de lleno al hedonismo idiota, ese que se paga a plazos. Obviamente, ningún gobierno opresor les impedía acceder a la cultura, pero no había necesidad, sobre todo cuando la basura que llegaba gratis por la tele era más atractiva. Eso no ha cambiado, quiero decir, a esa gente la hemos perdido para siempre hasta que no se prohíba la telemierda.

    Por otro lado, los libros más comprometedores para las clases poderosas se encuentran en una situación que da la razón a Orwell y, si bien la censura de un libro se sigue viendo como algo bárbaro, las muestras de censura fachorra en este país van creciendo a la carrera, bien sea a base de hostias o a base de querellas.
  2. En el caso de la información, lo que vemos es un mix de ambas teorías. Por un lado, Orwell dio en el clavo con la prensa, que podemos encontrar atacando a un partido o a otro, pero siempre defendiendo el sistema. Sabemos cuándo el sistema se ha visto en peligro cuando la amenaza no aparece en la prensa, o se cuenta quitando todo el hierro posible, o directamente se miente sobre ello, manipulando incluso fotografías, como hemos visto muchas veces en el tema de las manifestaciones. Para acceder a la verdad, internet ha demostrado ser un medio cojonudo, lleno de voces gritonas y discordantes como la que da texto a este blog ;). Al mismo tiempo, vemos casos de manipulación de la historia, lo que es todavía más terrorífico, como todo lo que ocurre con el asunto de la memoria histórica. Por no hablar de citas falsas atribuidas a personalidades incuestionables ("Los fascistas del futuro..." W. Churchill). Orwell, una vez más.

    Y aquí es donde el sistema perverso aplica las herramientas relatadas en Un Mundo Feliz, llenando al enemigo, internet, de mucha mierda; vídeos gilipollas con los que pasar las horas, redes sociales donde se da rienda suelta a todas las faltas de ortografía imaginables, comunidades de usuarios discutiendo sobre un programa de telemierda, blogs que nos ponen al día de novedades en productos de consumo, conspiranoia, falsas rebeliones electrónicas que no van a ninguna parte... mucha paja de la que ni el que suscribe se ve libre del todo. Un buen trabajo de bombardeo y dispersión, sin duda.
  3. Huxley temía que la verdad que nos afecta fuera amortiguada con un montón de espectáculos idiotizantes que nos tuvieran distraídos. Esto no lo inventó él, sino más bien los romanos y sus circos. Ejemplos hay para aburrir, y la religión no es el peor de ellos: deportes, toros, realitys, memeces...

    Sin embargo, la verdad amarga se tiene que contar de algún modo para crear una falsa sensación de información en el aborregado. Aquí entran otros conceptos de Orwell, como la neolengua con que tergiversan los conceptos: "marca España", "préstamo en condiciones ventajosas" o "mayoría silenciosa" son un montón de invenciones de mierda que reproducen sin mover una coma todos los integrantes del gobierno, hasta conseguir insertarlas en el léxico cotidiano de la sociedad y en el cerebro de sus hordas. En los discursos del PP vemos un sentido homenaje a Orwell cuando mienten reiteradamente hasta conseguir que la mentira sea cierta, sin molestarse en demostrar nada.
    El caso del PP es ciertamente asombroso por mezquino, pues sus integrantes ni siquiera parecen tener que tirar mano del doblepensar orwelliano. Aquí el hombre puede que pecara de ingenuo, ¿o tal vez no?
  4. En 1984, el Ingsoc realiza campañas periódicas de imagen del partido (y campañas periódicas para hacer odiar al "enemigo"). En ellas, se miente descaradamente acerca de los logros sociales que ha conseguido el régimen para sus ciudadanos. La producción de ropa, alimentos, etc. siempre aumenta o se duplica supuestamente de un año para otro, lo cual llena de júbilo al ganado, aunque lo cierto es que viven en condiciones precarias, condiciones necesarias para conseguir la dependencia total al suministro estatal.
    No sé vosotros, pero yo veo un paralelismo claro con la información que recibimos sobre la economía del país (salimos de la recesión, baja la prima de riesgo, sube la bolsa) y la paupérrima situación personal del 90% de la población.

    En Un Mundo Feliz, la cosa está repartida; existen clases en función de las cuales se tienen carencias o privilegios, pero todo el mundo está acondicionado desde la infancia para aceptar su destino, y todos sin excepción tienen acceso al soma, la droga sin efectos secundarios que mantiene a todo el mundo ajeno a la realidad, luego todo el mundo es "feliz".

    Aquí Huxley creo que patinó de lleno, pues a ningún político parece importarle una mierda la felicidad de su pueblo. Les hemos demostrado que no dependen de nuestro estado de ánimo. Lo único importante (o al menos eso espero) es conseguir un voto zombi en un momento dado.
  5. Orwell apostó por el terror y la guerra como medio para tener sometido al ciudadano, haciendo creer a éste que su seguridad dependía del gobierno, cuando era el mismo gobierno quien atentaba contra ella. Huxley, en cambio, creyó que el hedonismo, el abandono y la sensación artificial de felicidad serían la perdición del progreso humano. No puedo estar más de acuerdo con el primero. Una vez más, con Orwell, que anticipó unas cinco décadas lo que después Naomi Klein llamaría La Doctrina del Shock, encontramos referencias claras del funcionamiento del sistema actual. Tal vez no se reduzca todo a la amenaza bélica, pero sí es cierto, y sobre todo ahora con la crisis, que vivimos cada vez con más amenazas, reales o no, y que los poderosos se sirven de ellas para consolidar y aumentar su poder y riqueza.
    El escenario que plantea Aldous lo veo muy plausible, pero no tan traumático como el anterior, y menos cercano a nuestra realidad.




En fin, que ambos tienen razón a su modo, uno en una época, otro en otra, uno retratando a un estamento del sistema, otro a otro, etc. Mi pequeñísimo tirón de orejas para ambos va por no haber visto venir el poder del sector privado, de las corporaciones y las entidades financieras, de las que hablan bien poco tirando a nada. Porque introduciendo este actor en el juego sistémico, casi casi podría afirmar que el sector público juega a ser el Gran Hermano, mientras que el sector privado busca crear Un Mundo Feliz. Visto lo mucho que anticiparon de un futuro que es nuestro presente, lo que hay que decir bien fuerte a unos cuantos malnacidos es que estos libros no se concibieron para dar instrucciones a nadie.

Fuente: www.my-wall-decal.com

miércoles, 31 de julio de 2013

Hablar sobre lo hablado

La verdad es que iba a escribir sobre otra cosa, o eso recuerdo, pero a poco que haya puesto la tele para escuchar algo mientras como o ceno, como que se me ha olvidado lo que fuera y ahora necesito hablar sobre los monotemas para exorcizarlos de mi mente.

De los titulares más destacados de los telediarios, el único que es tristemente lo que se dice un titular, es el del accidente de tren en Santiago de Compostela, que si bien es una putada que ha dejado de golpe a un huevo de personas con un señor duelo pendiente de superar, ha servido también como carroña de primera para los infametivos de mierda estos que nos ha tocado sufrir en el país, y también para la podredumbre política que deberíamos ejecutar a la de ya antes de que acaben con todos. Los usos y tratamientos han sido diversos:

-Por un lado, los medios informativos, en su afán por ignorar cualquier cosa que tenga que ver con el desgobierno y lo que nos atañe, han dado una sobrecobertura monumental a la tragedia. Uno llega a esa conclusión el día que ve en pantalla a un tipo que sale hablando de cómo se lo va a montar la grúa para mover el vagón accidentado del sitio, u otro que comenta qué jeto ponían los pasajeros de otros trenes cuando pasaban junto al accidente.
Al mismo tiempo, está el sensacionalismo mediático, con multitud de manifestaciones de dolor ajeno y declaraciones de gente lógicamente hecha polvo que no nos enriquece lo más mínimo ni nos aporta nada que se pueda llamar información. En algunos infametivos incluso he llegado a escuchar tonadillas lacrimógenas para ilustrar la escena, todo un ascazo.
Por último, el gore. Primeros planos de brechas cefálicas, heridas, peña sangrante, gente medio en pelotas en el hospital con la bata esa denigrante que te ponen a la que imagino no hará ni puta gracia que aireen por toda España en ese momento, etc. Para eso, incluso se ha iniciado una petición que lleva más de 33.000 firmas recogidas:

 
 

Otro tema a destacar es que, por casualidad, dos días después del descomunal accidente, parece que en Moncloa descubrieron  y anunciaron que 36.000 millones de euros invertidos en ayudas a la banca vía FROB se declaran irrecuperables, fondo perdido, chup-chup. Una noticia sin importancia, ¿verdad?. Yo me he enterado por Twitter, que conste. O sea, que todo ese pastizal que el gobierno "prestó" a la banca y que ninguno de los contribuyentes íbamos a tener que pagar, resulta que al final ha sido un regalo y, en efecto, lo pagamos nosotros. Lástima que con los acontecimientos que sacuden al país en este momento, no hayamos podido prestar a la noticia toda la atención que merece.
Sin embargo, parece que no todos los comunicados cavernarios de la semana requerían con tanta conveniencia de este desvío de atención, como expresaba en un si-no-lo-digo-reviento el diputado del PP Rafael Maluenda: "Qué pena que la catástrofe ferroviaria nos impida expresar prudentemente nuestra satisfacción por los datos del paro"
Los que sí expresaban el asunto mediático con claridad cristalina son los tipos de @masaenfurecida:

"La cola de tertulianos expertos en trazados ferroviarios en curva a las puertas de Telecinco ya supera a la de donantes de sangre"


-Lo otro, la sentencia para el tal Bretón, del que los guionistas de Dexter tendrían que tomar buena nota, es un circo deleznable, uno de los romanos, que sólo ha beneficiado al protagonista quien, según dicen, se encuentra en prisión feliz, tranquilo, satisfecho, vanidoso por las ofertas que recibe de nigromantes y artistas del pastoreo mediático, y bravucón, pues parece que se pasa el día amenazando a los funcionarios para que no lo trasladen con los presos comunes, no sea que le pase algo y se les caiga el pelo por lo importante que ha llegado a ser. Una estrella mediática por obra y gracia de periodistas coprófagos vendidos a la causa mayor que quiere que se hable de cualquier cosa menos de lo que nos afecta a todos.

-Lo último y no por ello menos vergonzoso, ha sido la, una vez más, asfixiante cobertura del niño real ese de los huevos que ha nacido en Inglaterra, si mal no recuerdo, que me importa y debería importar a todo el mundo una mierda bien gorda, si no es para acudir guillotina en ristre para comprobar in situ de qué color tienen la sangre sus altezas. Nótese que no soy el único al que no hace gracia que semejante medievalismo perpetúe su privilegio por obra y gracia de la baba mal retenida:

Reacción lógica donde las haya.

domingo, 30 de junio de 2013

¿Para qué mierda queremos marketing?



Este vídeo siempre me ha parecido de una sencillez y un acierto asombroso, todavía más si tenemos en cuenta que esto viene de los ochenta tardíos, cuando poco se sabía de obsolescencia programada y concentración de oferta, cuando aún no nos decían a la cara que existían tácticas monopolísticas que apenas nos permitían creer que éramos libres de elegir productos.

En carreras de económicas, teorías modernas que se quedan en eso mismo, nos decían que el diseño del producto era algo de suma importancia, y se basaba en un profundo estudio de las necesidades no cubiertas del mercado y la demanda insatisfecha de los consumidores. Es decir, primero averiguo qué quiere/necesita la gente que todavía nadie les ha ofrecido, y luego diseño el producto que satisface todas esas cosas o todas las cosas que el precio que quiero fijar me permita.
El marketing posterior se reduce, pues, a un mero trabajo de comunicación, pues si he hecho bien las cosas, lo único que necesito es que esa gente que estaba demandando las cosas que ofrece mi producto, se entere de lo que he hecho.
Fácil y sencillo, vendo más o menos en función del precio que consiga poner a mi artículo, pero es la gente informada la que me busca a mí. Con el tiempo, claro está, y sobre todo si hablamos de algo tecnológico, puedo mejorar el producto aplicando cosas que se descubren y que suponen un cambio significativo en los beneficios que ofrece, y de paso mantengo a raya a la competencia que quiere un trozo de mi pastel lanzando artículos parecidos con sus propias aportaciones.

Así pues, tenemos que en este mundo teórico de fantasía pedagógica (nunca entendí por qué no enseñan las cosas como son), el marketing es mera divulgación. Desde este punto de vista, sería lógico pensar que podrían ser los consumidores quienes realizaran una búsqueda activa de publicidad en busca de lo que quieren o se encaprichan, pero para nuestra desgracia las (sobre todo) grandes corporaciones no parecen dispuestas a esperar a que el consumidor acuda a valorar lo que ofrecen, pues saben desde hace años (se dice que los albores del marketing están con Goebbels y la Alemania nazi) que la manipulación psicológica y la coacción dan resultados más rápidos y sirven mejor a su devastadora visión cortoplacista de la actividad productiva.

Me llamo Octave y llevo ropa de APC. Soy publicista: eso es, contamino el universo. Soy el tío que os vende mierda. Que os hace soñar con esas cosas que nunca tendréis. Cielo eternamente azul, tías que nunca son feas, una felicidad perfecta, retocada con el PhotoShop. Imágenes relamidas, músicas pegadizas. Cuando, a fuerza de ahorrar, logréis comprar el coche de vuestros sueños, el que lancé en mi última campaña, yo ya habré conseguido que esté pasado de moda. Os llevo tres temporadas de ventaja, y siempre me las apaño para que os sintáis frustrados. El Glamour es el país al que nunca se consigue llegar. Os drogo con novedad, y la ventaja de lo nuevo es que nunca lo es durante mucho tiempo. Siempre hay una nueva novedad para lograr que la anterior envejezca. Hacer que se os caiga la baba, ése es mi sacerdocio. En mi profesión, nadie desea vuestra felicidad, porque la gente feliz no consume.
Frédéric Beigbeder, 13,99 Euros



Con esta cita, acabo de endiñaros publicidad encubierta de un libro, cuyo influjo rompo en esta frase al hacerla explícita. La manipulación psicológica viene dada por la publicidad encubierta (o subliminal), engañosa, o psicológica, que en el más suave de los casos trata de asociar ideas y conceptos a un artículo que realmente no guarda ninguna relación con ellos.

Cuando vemos un anuncio de un coche, por ejemplo, lo que vemos en primer plano es un modo de vida, un personaje que, a simple vista, guarda un grado de aceptación social alto y quizá unos entornos de ensueño que acompañan su viaje. Pues bien, siento comunicar que vuestras vidas, tras la compra de ese paquete de anhelos y expectativas, van a seguir igual que antes, sólo que con un coche nuevo. Esto es menos efectivo con los raritos, ya que nos cuesta mucho más dar el visto bueno a un modelo de comportamiento social y no nos identificamos fácilmente con valores tradicionales.

Otro caso es cuando un personaje de una serie (en las españolas la cosa se ve en exceso), se echa al gaznate una Coca-Cola o una ensaladita Isabel, aunque la acción se desarrolle en un barco que lleva meses a la deriva. Eso es publicidad encubierta (nunca mejor dicho), y nos indica entre otras cosas que la serie se ha financiado a base de convertirse en un gran escaparate de productos corporativos. No digo más. Existe una ley que obliga a poner un cartel diminuto advirtiendo de la intención publicitaria, lo cual es muy típico en programas de sobremesa, pero estas series y algunas películas, por poner un ejemplo, se la pasan por el forro por algún motivo.

La coacción es mi terreno, y es el del comercial pesado, el factor humano, el tío en el que confías y te vende unas preferentes que en tu puñetera vida habrías comprado por iniciativa propia. La coacción sigue un circuito descendiente de amenazas y presiones (la vieja técnica del látigo en RRHH se ha disfrazado más o menos, pero nunca se fue) que va desde la alta dirección de grandes firmas hasta el empleado que tiene un número de ventas fijas que hacer a la semana para conservar su puesto. Esto es la mayor mierda que se le ha podido ocurrir a una mente enferma, responsable de las llamadas a la hora de la siesta, del pesado que te molesta en tu propia casa, del que intenta engañarte pidiéndote una factura del gas de tu compañía actual para "comprobar que no te estén engañando", etc. Es un grano en el culo del consumidor, un peligro público (y si no que les pregunten a los "Bankeros") y una máquina de vomitar precariedad laboral.

Nos dejamos para el final el escamoso asunto de la obsolescencia programada que ya apuntaba Frédéric Beigbeder en la anterior cita y que desarrolla algo más en la siguiente y que, para quien no sepa de qué va, tiene que ver con que, por ejemplo, Apple saque un móvil nuevo cada año:


En tu trabajo circulan muchas informaciones: así es como accidentalmente te enteras de la existencia de lavado- las irrompibles que ningún fabricante se atreve a poner en el mercado; de que un tipo inventó unas medias que no sufren carreras pero que una importante marca de pantis le compró su patente para destruirla; de que el neumático no pinchable permanece cerrado bajo llave (a costa de miles de accidentes mortales cada año); de que el lobby del petróleo hace todo lo que está en sus manos para retrasar la expansión del automóvil eléctrico (a costa de un aumento de la tasa de monóxido de carbono en la atmósfera que implica el calentamiento del planeta, llamado «efecto invernadero», probablemente responsable de numerosas catástrofes naturales de aquí al año 2050; huracanes, deshielo del casquete polar, elevación del nivel del mar, cánceres de piel, por no hablar de las mareas negras); de que incluso el dentífrico es un producto inútil, ya que toda la higiene dental radica en la acción de cepillárselos, la pasta de dientes sólo sirve para refrescar el aliento; de que los detergentes líquidos son intercambiables y de que, en realidad, es la máquina la que efectúa toda la operación de lavado; de que los discos compactos se rayan tanto como los de vinilo; de que el papel de aluminio está más contaminado que el amianto; de que la fórmula de las cremas solares no ha variado desde la guerra, pese al recrudecimiento de los melanomas malignos (las cremas solares protegen contra los UVB pero no contra los nocivos UVA); de que las campañas publicitarias de Nestlé para distribuir leche en polvo entre los recién nacidos del Tercer Mundo han supuesto millones de muertos (los padres mezclaron el producto con agua no potable).


El reino de la mercancía implica que esta mercancía se venda: tu trabajo consiste en convencer a los consumidores de que elijan el producto que se gastará más deprisa. Los industriales lo denominan «programar la obsolescencia»


Así que sí, si ud. se dedica a la publicidad o el marketing, háganos un favor a todos y mátese. Para dejar un buen sabor de boca, dejo este corto pero instructivo vídeo donde los que tienen las buenas ideas pero no el poder ni el dinero nos muestran cómo deberían funcionar las cosas para que todos, incluido el planeta, saliera ganando. Y recordad que, ante la situación actual, todos tenemos la opción de la huelga de publicidad.


viernes, 31 de mayo de 2013

Manual para sociópatas: Comuniones

Novios y novias enanas, marineros diminutos, almirantes de ocho años... no, los niños del barrio no se han vuelto gilipollas, estamos en plena temporada de sufrir otro de los eventos sociales y familiares más pesados de esta nuestra inamovible sociedad costumbrista: las comuniones.
Las comuniones tienen origen cuando la curia católico-eclesiástica decide, no sé en qué siglo de su opresora historia, que la mejor edad para decidir tomarse el sectarismo en serio son los 8-9 años, que es cuando uno tiene la mente más lúcida y está en condiciones de sumir decisiones importantes en la vida. En parte es lógico; unos meses más tarde, la llamada de la naturaleza condicionaría su orientación espiritual con indeseados resultados.

En cualquier caso, dejemos los temas de educación para el ganaderío para los padres de las víctimas, que son los únicos responsables de este atentado al libre albedrío (que en el 80% de los casos no consigue arraigar en la mente del sujeto) porque aquí de lo que se trata es de explicar al sociópata que actúa según la lógica más elemental cómo se comporta un zombie gregario normal en uno de estos eventos.

El evento comienza con el anuncio del mismo por parte de los padres, que nos invitan a acudir al ritual. Si ya tenemos una imagen creada en la familia o grupo social responsable, no hay por qué disimular la cara de reproche y superioridad moral por lo que están haciendo a su prole, pero nada nos librará de pagar en el caso de que aceptemos el reto.
Al igual que en las bodas, la estrategia de inicio más inteligente es una retirada a tiempo. Si queremos seguir siendo familia o que no nos borren de su agenda telefónica, pondremos una excusa creativa y nos retrataremos convenientemente con un regalo para el preadolescente. Aquí ya se puede ir a joder un poco regalando un libro o algo artístico-cultural que estimule la creatividad. Si se quiere joder aún más, el libro puede ser Mecanoscrit del Segón Origen de Manuel de Pedrolo o cualquier otro juvenil con alguna escena picantona, para que empiece a despertar en el zagal lo que más teme el párroco del barrio (eso siendo bien pensados con respecto al párroco). Lo más fácil es que el niño ni lo toque.
Si, por el contrario, decidimos ir, nos enfrentamos a un proceso tan caro o más si cabe que el bodorrio, ya que tendremos que pagar a los padres el reglamentario cubierto de 80,00 - 100,00 € que se habrán marcado por presión social y falta de voluntad, y el regalo del niño, que habrá de ser algo ya de cierta entidad.

El regalo es parte consustancial al sacramento, pues de lo contrario, ningún niño en su sano juicio se prestaría a tamaña majadería. Creo que lo pone en la Biblia por alguna parte. Por lo general, se hará entrega del mismo unos días antes de que empiece el evento, entrando a formar parte de un ranking por alcanzar el título de familiar más enrollado. Si queremos alcanzar el primer puesto fácilmente, haremos entrega de una consola de videojuegos de última generación, aunque el coste es elevado, y no creo que valga la pena. Hablo desde la experiencia (sí, esto nos ha alcanzado a casi todos), pues en mis tiempos era de otra manera, y no se invitaba a la gente a salonazos de bodas y tal, pero lo de los regalos debe de haber sido así desde la edad media por lo menos, y he de reconocer que, si me regalaron algo más aparte del Spectrum, no lo recuerdo. Así son los niños. En serio, creo que no me regalaron nada más.

El día de la comunión, vestiremos del mismo modo que en el bodorrio. Haré copia y pega para no repetir, por lo que quien haya leído el post puede saltarse lo siguiente:

Chicos, mínimo traje completo, camisa y corbata. Aconsejable gafas de sol y afeitado. Se valoran cosas más caras (chalequitos, frac, esmoquin...), el cielo es el límite. Podréis usar el mismo traje en tantas bodas como queráis. Es importante toquitearse mucho los botones de la americana, y abrocharla y desabrocharla constantemente para ganar presencia. Aunque se celebre en agosto mayo/junio, jamás nos quitamos la americana antes de la fase de banquete. Es preferible que se nos transparenten los pezones a través de la camisa empapada.
Chicas, peluquería bruta, todo el maquillaje que tengáis en casa y vestido estrafalario rollo celebrity en alfombra roja, importante no poder guardar nada en ningún sitio. Si lleváis bolso, será de mano, del tamaño de vuestra mano, y no contendrá mas que un billete arrugado por si os perdéis. No es día de móviles. Al finalizar el evento, cogeréis el vestido y lo dejaréis en el contenedor de basura más próximo, rociándolo con bencina para pegarle fuego sin dejar rastros. Si os vuelven a ver con él puesto, no recuperaréis vuestra dignidad humana hasta cambiar de amigas. No sé el motivo, es así.

 A la hora de entrar al ceremonio o no, la cosa está dividida. Por un lado, existe una corriente de pensamiento alcohólico-rebelde que insiste en pasar ese tiempo en el bar más cercano, como en las bodas. Pero en el caso de las comuniones, también se dice que el niño se fija en quién acude a verle en tan magno momento de su vida y quién no. Personalmente, sigo aconsejando entrar. El niño suda un huevo de quién está ahí para verle (yo no recuerdo un cagarro, la verdad), porque está centrado en lo que mola vestir como un gilipollas y en el fiestorro que viene después, totalmente ajeno a que podrían embargar la nómina a su padre si la familia no se porta con las donaciones y se las ve putas para devolver el préstamo que pidió para el banquete.
El caso es que aconsejo entrar, más que nada para observar in situ cómo se lo monta el párroco para inducir las mismas memeces a mentalidades que van de los 8 años a los 80. Es también muy divertido ver con qué fingida ingenuidad habla el cura de oscuras abstracciones a niños en edades de saltar encima de tortugas y comer setas rojas para crecer en tamaño. Si el cura es rollo medievalista, la cosa es todavía más grotesca, pues no se corta en comentar a los niños sus movidas de dolor, carne, sangre y todos esos fetichismos que tanto pone a cien al clero. No vale la pena perdérselo, se pasa un rato divertido.

Concluido el evento, seguiremos a la comitiva hasta el salón de bodas/bautizos/comuniones correspondiente, según se estipula en las sagradas escrituras, donde nos colocarán dónde y con quien les dé la gana para degustar una de esas comidas carísimas que muchas veces nos deja indiferentes pero nos sienta peor que lo que comemos en casa. El proceso es muy parecido a las cenas nupciales (ver posts sobre bodorrios), con la salvedad de que en este caso la tarta lleva montada encima un monigote vestido de marinerito en representación ritual del comuniante, el cual será recogido con suma ilusión por el protagonista del día hasta que llegue a casa y lo deje por algún rincón para jugar a su consola nueva.

Nada más para el sociópata, pues al no haber baile, cualquier momento posterior a los chupitos es bueno para huir. En cuanto a los padres, ahorráos ese dinero a vosotros mismos y ese sufrimiento a nosotros. Vuestro hijo sólo quiere una consolaca.



miércoles, 1 de mayo de 2013

Respiracionismo, la mejor arma contra el desempleo

Después de conocer las cifras actualizadas sobre desempleo en el país, uno se pregunta si realmente existe solución para esto, tras más de cinco años de caída ininterrumpida, cuando sabemos que el resto de países van bastante mejor que el nuestro (difícil aplicar medidas que aviven más el fuego) pero tampoco presentan unos crecimientos en la demanda como para absorber todo lo que les puede caer vía inmigración, como ocurría en nuestro país en época de vacas sobredimensionadas.

Se cierne sobre nosotros un peligro que apenas se ha tratado tangencialmente en los medios y fue tratado tras la revolución industrial, y es el del desempleo tecnológico, que creo que en los próximos años puede cobrar un protagonismo importante, al menos en nuestro país. Según nos dice la Wikipedia, el desempleo tecnológico es aquel que "se origina cuando hay cambios en los procesos productivos que hacen que las habilidades de los trabajadores no sean útiles".
Si bien el mismo miedo que surgió al respecto en la revolución industrial demostró ser infundado, considero que lo que enfrentamos, sobre todo repito, en nuestro país, es algo bastante más potente.

La verdad es que, desde un trabajo como el mío, pienso en la cantidad de clientes que pierdes de vista porque saben utilizar la web de la entidad, y el tiempo que queda para que generaciones tecnológicamente incapaces desaparezcan y generaciones tecnológicamente potenciales aprendan, y me da un regomello y un replanteamiento vital que no me inspira ninguna confianza.
No me inspira ninguna confianza porque veo que el mercado laboral y el sistema económico y social avanzan por separado, como ignorándose. Bueno, en realidad lo que ocurre es que el mercado laboral está evolucionando, mientras que el sistema no sólo no lo hace, sino que está tratando de retroceder. La amenaza no me la he inventado ahora mismo para escribir sobre algo. Mejorando los servicios y la web de la banca, el trabajo de los bancarios puede ser completamente prescindible, más allá de dedicarnos al análisis de operaciones de crédito con la suficiente complejidad como para no poder ser resueltos por un software implacable. Pero hablaríamos ya de unos pocos puestos marginales, concentrados en algún edificio de servicios centrales, así como algunos cubículos de atención telefónica, a salvo de rostros ceñudos y miradas furibundas. Es un win-win para la banca que sólo podría evitar la presión popular, aunque ya sabemos que en sistemas oligárquicos eso se arregla con un "todos a una" pactado entre entidades o dictaminado desde BdE.



Lo mismo ocurre con cualquier tipo de distribución de contenidos multimedia. Intermediadores, grandes cadenas de venta física con sus vendedores, transportistas, fábricas de producción de formatos físicos, etc, pueden quedar reducidos a la anécdota a largo plazo. Libros, música, cómics, películas, videojuegos y derivados son servidos al instante directamente al reproductor pertinente desde webs que prometen precios económicos por el ahorro en costes de distribución, sin llegar a imputar una parte honrada de este ahorro al precio, claro está.
El gentío deja de comprar CD's no tanto por una cuestión de picaresca o ahorro, como por el hecho de que el formato físico ha dejado de ser práctico para convertirse en un estorbo. ¿Para qué quiero un CD, si casi seguro no podré escuchar lo que lleva sin pasarlo antes a MP3? ¿Por qué volverme loco para encontrar la tienda que tiene el CD que busco, desplazarme hasta ella, pagarlo más caro y dedicarme luego a ripearlo y meter canciones en el reproductor,  cuando puedo descargarlo directamente desde ese reproductor? La compra física de productos multimedia queda relegada a coleccionistas e inadaptados tecnológicos. Eso, a largo plazo reducirá a lo microscópico a una industria y unos servicios derivados que se traducen en un huevo de puestos de trabajo.
Y no olvidemos que los productos físicos también puede comprarse desde internet, sin hacer colas ni viajes infructuosos. Muchísimos servicios administrativos empiezan a ofrecerse de un modo automatizado desde la red, la educación multiplica su difusión mediante cursos online, los alumnos aprenden con tabletas y pizarras digitales (no todavía en nuestro país gracias a los recortes en educación), etc. Y todo sin saber todavía lo que puede significar tener en casa una impresora 3D.
Todo un sector servicios y parte del productivo (lo cual, todo sea dicho, agradecerá el medio ambiente) que va a tener que buscarse la vida.

No estoy en contra de esta evolución, pues considero que es la relación natural entre la tecnología y el empleo, el que progresivamente una libere al otro de trabajos pesados y poco estimulantes, como ya ocurrió en la revolución industrial. La tecnología debería estar llamada a ser la esclavitud aristotélica de nuestros días que nos permita a los ciudadanos centrarnos en aquello que nos permita avanzar. Lo que ocurre es que esta revolución requiere una adaptación del sistema y de sus ciudadanos acorde. La conclusión que se extrajo de la experiencia de principios del XIX es que con la desaparición de trabajos penosos realizados por máquinas, aparecen otros nuevos derivados de las exigencias que requieren dichas máquinas o del ingenio y las nuevas necesidades que propicia el tiempo libre. No obstante, no podemos comparar las cifras demográficas en áreas industrializadas de aquella época con las actuales, así como el impacto que podría tener esta nueva revolución tecnológica.

Con esto no quiero decir que la causa del paro sea esa, ni mucho menos. Todos sabemos quiénes son los responsables de nuestra situación actual y cómo hemos llegado a esto. Lo que quiero decir es que ésta puede ser la nueva mierda laboral que se nos avecina en los próximos años, suma y sigue, para acabar de arreglarnos.

Así que, cuando acontezca el despertar tecnológico que acelere todo esto, veo dos alternativas que en nuestro país difícilmente se van a dar:

-Que el sistema se adapte para posibilitar que la población viva dignamente trabajando menos tiempo, repartiendo el escaso trabajo. Esto es profundamente anticapitalista porque supone una mejora en el reparto de la riqueza y un resurgir de la clase media, que se ha demostrado es el enemigo a abatir por parte de los neo"liberales". Además, ahora mismo no parece estar en nuestra mano semejante transformación (como país).

-Que la población inactiva recicle su formación para adaptarse a las nuevas ofertas (casi inexistentes en Españistán) o busque y desarrolle esas nuevas ocupaciones inherentes a toda revolución industrial/tecnológica. Esto tampoco es posible en un país donde buena parte de la población consume sus dos años de paro sin aprovechar para mejorar su formación, en parte por la cultura tradicionalmente paleta del país, alimentada por el total desprecio por parte de las hordas políticas hacia la educación y la formación de sus ciudadanos (¿pues no habló algún hijo de puta de reactivar el sector construcción para salir de la crisis...?)

En otras palabras, que sin una presión efectiva de nuestras huestes sobre la nigromancia político-mediática, asistiremos a una mayor hegemonía del sector privado, aceptaremos lo inaceptable, como ya ha pasado en Grecia y su venta de soberanía a cuatro marcas de mierda que nadie debería consumir, y las teorías madmaxistas cada vez tendrán menos de gracioso. Feliz uno de mayo Beltane!

lunes, 15 de abril de 2013

La New Wave de los videojuegos: Superbrothers Sword & Sworcery EP



Me disculparéis por hablar de este juego de Capybara Games a estas alturas, pero servidor no quiere saber nada de dispositivos Apple por aquello de no gastarme una pasta para tener un dispositivo que parece no pertenecerme, y no ha sido hasta que lo han lanzado en democrático Android que he podido echarle el guante a semejante genialidad. Si no me falla la memoria, creo que está disponible también en PC vía Steam y demás, pero no quise jugarlo en una plataforma que no era aquella para la cual se diseñó.
Está bien, el juego también lleva bastante tiempo lanzando en Android pero, qué queréis que os diga, ahora lo juego yo.

En fin, para quien aún no lo conozca, Superbrothers Sword & Sworcery EP es un juego lanzado en la primavera de 2011, cuyos detalles podéis ampliar en su página oficial, porque aquí voy a ir a lo que me interesa, que es lo que a mí me ha parecido. El título es el absoluto paradigma del juego indie bien entendido: presupuesto aparentemente exiguo que obliga a la sencillez, pero enriquecida con imaginación, diseño artístico y  voluntad de experimentar.

Lo primero que llama la atención, antes incluso de contarlo, es el aspecto visual aparentemente espartano. Aunque recuerda vagamente al estilo de Another World, el juego hace gala de los gráficos más pixelados que se pueden encontrar en esta era, más incluso que lo que vimos en los antiguos Amstrad CPC, como si hubieran utilizado el mínimo número de píxeles necesarios para poder sugerir cada una de las figuras, personajes y escenarios que aparecen. Cada elemento del juego trata de ser un concepto desnudo, sin detalles accesorios que definan nada en un sentido u otro, como buscando que cada jugador adapte y perfile mentalmente la arcilla primigenia a su gusto.
Pero esto por sí sólo quedaría tosco y tendría escaso atractivo si no fuera por el estilo personal, reconocible y coherente con el que se dibujan personajes y entornos y el uso de degradados y efectos de luz, estos sí, totalmente vanguardistas, que visten las imágenes y convierten los cuatro pixelazos en una gozada para la vista.
A todo ello, ajustan una colorimetría de tintes confusos en tonos fríos o parduscos y apagados muy bien armonizados para lograr transmitir sensaciones que ya quisiera un Skyrim, por poner un ejemplo burro.



El segundo apartado a destacar y segundo pilar básico sobre el que se asienta el resultado del juego, es la música que nos brinda el canadiense Jim Guthrie, una delicia electrónica con tintes shoegazing, intimista y alucinógena que nos lleva por donde quiere en cada momento del juego. Éste es realmente el elemento que consigue apelar a las emociones en este universo absurdo contenido en escasas pulgadas.
Difícil describir con más precisión algo que juega directamente con las sensaciones, lo mejor es que cada uno escuche y juzgue por sí mismo, mejor acompañado por el propio juego. Lo único que puedo añadir es que consigue que cada escena se perciba exactamente como han decidido los creadores y que es totalmente recomendable hacer caso del consejo que nos lanza el juego al inicio de la aventura: mejor jugar con cascos.
La banda sonora ha sido editada por separado (sword & sworcery lp: the ballad of the space babies), llegando incluso a conseguir una edición en vinilo. Posteriormente ha aparecido otro disco de remezclas de la mano de conocidos artistas nipones, entre los que figuran, por ejemplo, el magno Akira Yamaoka (BSO Silent Hill).

El tercer pilar fundamental en el que se asienta el juego es el texto, los conceptos, su simple y absurda historia, pero sobre todo el particular lenguaje que emplea para transmitirla. Aquí tenemos que hablar más de forma que de contenido, sin despreciar lo segundo. Lamentablemente para muchos, el juego llega en inglés sin traducir, y además en un inglés afectado y antiguo de lo más retorcido, por lo que en ocasiones va a haber problemas para captar todos los detalles, aunque no para seguir el hilo argumental si uno tiene un nivel aceptable. Volviendo a los conceptos desnudos, en su historia reconocemos rápidamente un conjunto de arquetipos de historias de espada y brujería que nos serán familiares a todos. Los personajes apenas tienen nombres propios, pues en línea con el conceptualismo que envuelve gran parte del juego, se les da nombres descriptivos de su rol tales como "Dogfella" que se viene a traducir como "perro colega" (dog-fellow), que es el nombre del perro que nos acompaña en gran parte de la historia. A éste acompañan personajes como "Logfella" (un amigo-tipo grandote que te encuentras al principio de la aventura) o la escueta "Girl" (única chica parece haber por esos lugares). Con esto puedo dar una idea de la intención argumental del juego, que no es otra que la de sugerir ideas crudas y arquetipos que cada cual interioriza del modo que le resulta más interesante.
Con todo, la narración mantiene una firme personalidad propia sustentada por pinceladas de humor fresco y coherencia de estilo.
Nos presentan de este modo un héroe espadero en un mundo de fantasía épica que se entremezcla con el mundo real en ocasiones, donde deberá reunir una serie de objetos mágicos con fines que todavía no he llegado a averiguar, apoyado por comentarios en cajas de texto emergentes que describen conversaciones o eventos en primera persona del plural, como queriendo hacer co-partícipe de la historia al jugador que hay al otro lado de la pantalla.

El sistema de juego cumple perfectamente, es sencillo y eficaz, y poco más que destacar. Nos permitirá mover al personaje a toque de dedo por cualquier punto del escenario, explorar los paisajes llevando la cámara donde queramos y acercar\alejar el enfoque por obra y gracia del pinch to zoom. Los enfrentamientos, que son pocos, agradecidos y de dificultad contenida, se resuelven poniendo el dispositivo en vertical (desenvaina así la espada) y eligiendo entre asestar espadazo o cubrirse con el escudo. También tendremos controles para el uso de magia, tocando directamente al Scythian (el Escita, prota de la historia). A menudo nos permitirán tuitear rápidamente frases sueltas que aparecen por el juego con accesos directos, con lo cual mantendremos a la comunidad informada de nuestros progresos.

En fin, un juego de esos que dejan huella, que sólo por la banda sonora y el aspecto gráfico vale la pena probar, que llega al jugador por vía sensorial y que consigue más emociones que muchas súperproducciones. Sin saber en la actualidad a cuánto está, considero que vale lo que cueste, aunque de vez en cuando aparece en oferta. Llegado a este punto debo aclarar que no me lo he pasado todavía, pero baste decir que, a un 40% de juego recorrido, no he podido esperar para comentarlo. Tiene pinta de ser corto, eso sí.

Ha sido otro consejazo de Bancario sectario!