sábado, 1 de noviembre de 2008

Cine del este

Acabando con el tema de La Mostra, y sin mucho tiempo, debo comentar que he vuelto a caer por segunda vez en la trampa del cine del este; el año pasado ya lo hice con una tal "Dark Deer" y este lo he repetido con la rusa "The Banishment". Que si son buenas, que si han ganado premios en festivales, que si gafapastas por aquí, que si tal y cual. Gafapastas: otro tema a destripar. Hoy en día, nadie es nada y todo el mundo va de algo. Éstos van de eruditos de la cultura contemporánea y, obviamente, hay mucha pose. Los había a montones, pura exhibición de pintillas y caras interesantes, y poca idea de lo que se cocía porque, no jodas, el evento no tenía tanta chicha. Son la decadencia de la cultura como los gotiotas lo son del movimiento. Pero bueno, en otro momento.

La película que nos ocupa: cumplía con todas las características que ya he advertido en otras ocasiones en el drama del este:

- Ahorro de unas pelillas en banda sonora. Dos murmullos en todas las dos horas y pico.
-Profusión extenuante de escenas de naderías; dos minutos viendo cómo la pava llena un cuenco, se lava las manos, se lava la cara, se la seca, lo vacía, lo seca, lo guarda, todo en completo silencio y así con otras ochocientas escenas parecidas, todas a plano fijo.
- Actores contratados por palabras: es muy habitual que entre escena y escena lo único que cambie en el audio sea el zumbido ambiental de la grabación.
-Drama en sentido estricto: en Rusia, un drama es UN DRAMA. Y no se ríe ni Cristo. Dos sonrisas en toda la película, y las esbozaban unos niños.
-Secuencias de principio a fin. Si en un plano vemos un coche que avanza lentamente desde una colina hasta una iglesia que hay al pie, nos mostrarán TODO el recorrido que hace el coche, hasta que llega a su destino, por si alguien no se lo cree, aunque le lleve hacerlo un par de minutos de reloj.

Y así, como habréis deducido, nos queda una película con una pequeña historia intrascendente de cuatro cosas convertida en un bobinazo de más de dos horas. Ahora que, con el frío que allí hace, y lo calentito que se estará en los cines, es posible que la gente se amotine en la sala si la peli dura menos de eso.

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