domingo, 28 de septiembre de 2008

Cursed Mountain (Wii)

Cuando la pequeña blanca recibe un juego con restricciones a los menores de edad, hay que celebrarlo por todo lo alto. Si a estas alturas no estás hasta las nueces de cosas graciosas, coloristas y divertidas con voces apitufadas, es que te acabas de comprar la consola.
El resto, que nos pareció muy gracioso el planteamiento del catálogo de juegos al principio, y deseamos destripar peluches y monigotes ahora, damos saltos de alegría con un título como este que, además, se encuadra dentro del género Survival Horror, del que soy simpatizante desde Resident Evil y fan acérrimo desde Silent Hill.

La compañía Deep Silver, encargada del desarrollo del proyecto, ha dado a conocer en los últimos días los detalles referentes a Cursed Mountain, survival ambientado en la cordillera del Himalaya, concretamente, el monte del Chomo Lonzo, considerado lugar sagrado en la cultura tibetana. El protagonista, Eric Simmons, partirá por esos parajes en busca de su hermano, también alpinista, desaparecido en extrañas circunstancias, cómo no.
La situación no sólo enfrenta al personaje con extrañas almas en pena y no-muertos cuyo misterio habrá que desentrañar, sino que propone como principal enemigo a la propia montaña, dando gran importancia a la ambientación, la sensación de soledad y agorafobia, los detalles referentes a la escalada y los percances comunes en este tipo de expediciones, de tal forma que, en ocasiones, será difícil distinguir si lo que vemos es real o se debe a un mal de altura, por ejemplo.
Gráficamente, han declarado intentar llevar a la máquina a su máximo potencial, anunciando un conjunto de efectos nunca vistos juntos en un juego para Wii, tales como reflejos y refracciones acuáticas en tiempo real, nuevos sistemas de partículas, profundidad de visión, motion blur, efectos de luz y sombras en tiempo real... todo orquestado por un nuevo motor gráfico, el Athena.

En fin, que luce una pinta estupenda y hasta Lovecraftiana y, siendo un título exclusivo de Wii, las posibilidades de torcerse son más reducidas. Sólo espero que no acabe siendo un mata-mata con mucho ruido ambiente (las escenas de combate que se dejan ver en el tráiler no me seducen demasiado).
Mientras seguimos esperando noticias de Sadness (ése sí que sabe crear expectativa), la noticia da vidilla a la consola.
Podéis ver el tráiler oficial aquí.


viernes, 26 de septiembre de 2008

Las series de televisión españolas

Resumen de casi cualquier serie española:

Personajes gilipollas que van de listillos VS personajes irrealmente tontos.

jueves, 25 de septiembre de 2008

Construyendo una sociedad más lerda.

Hoy es la tercera vez que veo el nuevo purgante televisivo de Lancia. Normalmente, de los anuncios me quedo con cualquier cosa menos con la marca, pero éste lo veo tan insufrible que he hecho el esfuerzo, para que se sepa de qué hablo.
Si en una semana lo he visto tres veces, es que lo echan a todas horas, así que doy por supuesto que todo el mundo lo ha visto.
El sr. Richard Gere, budista radical total, coge su extinción del ego y su espiritualidad y los mete bien al fondo del maletero de su carrazo, para ir rumbo nada menos que al Tíbet, a impresionar a cuatro aldeanos pelones y un pobre niño ignorantes todos de ser iconos pop, enseñándoles que allí, en medio de su miseria voluntaria, pueden tener un paseo de las estrellas como el de Hollywood (?). En eso, mientras algo patalea en el maletero del coche, el sr. Gere coge tooda su celebridad y la estampa en la nieve, al tiempo que invita al niño a hacer lo mismo, en un gesto de deferencia y colegueo loables.
El eslogan no lo repito porque es una puta mierda, pero la mezcla en sí de valores me da retortijones. Parece una tontería, y puede ser muy cool coger todas estas cosas y sacarlas por la tele, pero a mí me toca los cojones bastante, y hasta me da algo de regomello.
Hace mucho tiempo que las multinacionales nos han dejado claro que somos ganado zombie controlado con bandas magnéticas. Ellos son el imperio y la verdad, y nosotros somos unidades de producción y consumo, y nos pasamos el día gimiendo y luchando por alcanzar el pedazo de carne más fresco que nos lanzan desde arriba.
El problema es que hay reses z más aplicadas que otras. Y el sistema es muy democrático, nos quiere a todos por igual. ¿Qué puede hacer el márketing con esos pequeños grupos de mierda que intentan patéticamente evitar las normas del juego?

-En primer lugar, airearlos. El ser extraños al rebaño favorece su reafirmación como individuos, como algo aparte. Por ejemplo, cojamos a un budista, un punk, a un gótico y a un freak genérico cualquiera. Coge el ejemplar más inapropiado de cada subgrupo y exponlo en la tele en un programa retroevolutivo para que cuente sus mierdas. Al día siguiente, cuando un sujeto z ve a un gótico por la calle, sea como fuere, ya no siente ni miedo, ni asco, ni pena:
“Yo sé lo que es ése. Ese es un gótico, un gilipollas que le gusta follar en cementerios, pintarse como una nenaza y hacerse cortecitos en los brazos, aparte de vestir como un payaso. Me he documentado con el Diario de Patricia”.
Fin del asunto; ya tenemos a un sujeto que causaba inquietud en el ganado completamente neutralizado. Nos cargamos 30 años de movimiento cultural con 4 programas de telebasura, fácil. Lo mismo se aplica para cualquiera que se salga del tiesto.

-En segundo lugar, ahogar su sentimiento rebelde. ¿Cómo se hace esto? Fácil. Sabemos que, ya sea al alcanzar una determinada edad o por tener la mente más despejada que otros, aparece un sentimiento de rebeldía al que hay que darle salida de alguna manera.
La solución: orientar ese sentimiento por el derrotero más estúpido. Lo importante es que el joven alocado se sienta un James Dean por rebelarse contra algo, pero que ese “algo” sea alguna chorrada que no afecte al sistema lo más mínimo.
Un ejemplo: Dani Martín y su lucha por entrar en una discoteca con zapatillas. El Che del siglo XXI!. Cuando cualquiera con dos dedos de frente ignora esos tugurios como quien evita pisar mierda de perro, él se monta una cruzada contra los porteros, el aparcamiento y los precios de las discotecas.
Se trata, en general, de coger el aspecto más superficial de cualquier acto rebelde y quedarse sólo con eso: camisetas de grupos ficticios, el anuncio de Maxibón con esos bastardos cantando como locos una sintonía de mierda (porque les pone on), el del gilipollas que grita bajo la lluvia (y no parece importarle que se esté mojando... :O!) y un largo etcétera.

-En tercer y último lugar, convencerles de que son subnormales y felices a partes iguales. Aquí la víctima más evidente es la generación de los 80. El anuncio de Trina es un claro ejemplo. Los problemas se reducen a “conté un chiste y nadie se rió”, “me corté el pelo a lo Colón”, etc. Y todo se soluciona con un Trina, una canción chorra y el apoyo de otros mastuerzos con la vida resuelta. Todos felices y todos gilipollas. Aquí tb hay un puntito de falsa revolución (la que se sube a bailar a la barra de un bar, oh, cielos, qué coraje).
Otro que tal baila, el del coche ecológico que hace que todo el mundo salga a la calle cantando que quiere uno. Y para qué seguir... se busca el conformismo, la comodidad de la aceptación, y el humor rancio como consuelo.

A mí, personalmente, me da bastante penica la imagen que se da de la juventud, pero será que soy un flipao.
Pero el control mediático... eso da canguelo del bueno. Ya se me hace difícil que tanta unanimidad de contenidos sea casual.

martes, 16 de septiembre de 2008

Propuestas para un mundo mejor

Ahí van unas cuantas cosas que se me han ocurrido para retrasar en lo posible la llegada del holocausto zombie:

- Soltar un cerdo engrasado en la calle colón (un sábado tarde).
- Meterse en Pachá de traje y corbata sin haberse duchado en un mes.
- Tragar balas gritando “fuego a tope”.
- Diseñar un sistema de entrenamiento rápido para enseñar a los toros a ignorar el capote.
- Enseñar a los toros por las noches.
- Montar un puesto de merchandising futbolero con prendas llenas de tiña.
- Agradecer con una lata de atún a los gatos callejeros que nos han dejado restregar las prendas.
- Pegar fuego a todas las naves de Valemusic (ésta no está muy currada :_S).
- Concursar en “Mujeres y Hombres y Viceversa” para decirles a todos y todas que son unos gilipollas.
- Entrar en un mitin del PP para que te pille una cámara entre el público.
- Secuestrar un autobús de la EMT para que te lleve a casa por la noche.
- Jugar una partida de Zombie en vivo en el Corte Inglés.
- Diseñar un sistema de entrenamiento rápido para enseñar a las palomas a cagar en estadios, circuitos y conciertos al aire libre.
- Llamarlas “palomas mensamierdas”.

Es todo por hoy. Se aceptan propuestas.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

El LHC

A partir de aquí, no sé qué contar en el blog, lo de que el mundo continúe me pilla por sorpresa.
Seguiremos soñando con una guerra Z.

sábado, 6 de septiembre de 2008

Mi gato me ha hecho un fatality

He estado molestándolo hasta llenar su barra de ira a tope, pensando que me atacaría saltando desde la cama, pero se ha bajado al suelo y me ha hecho uno de sus ataques súper rápidos inesquivables.

Me ha dejado la pierna hecha un asco.
Lo tengo bien merecido, por humano gilipollas.


miércoles, 3 de septiembre de 2008

Cosas que me tocan los cojones: los pies en el cine

Hola, individuos (no seré yo quien os llame gente)!
El tema de hoy es un clásico de la convivencia con primates; la gente que planta sus zarpas por todas partes. Y, en particular, cuando nos afecta a nosotros, esto es, en las filas de butacas. Y, joder, en concreto, cuando encima lo hacen descalzos!
Estamos hartos de ver a sujetos zombificados (en adelante sujetos z) adoptando una postura casi fetal dentro del coche para poder plantarlos encima del salpicadero, tratando de ser el espíritu del confort hecho carne, pero eso sólo nos causa risa o cosica. Lo vemos de lejos, cristales mediante.


Esto se debe, una vez más, a los principios involutivos a los que hacíamos referencia en publicidad para zombies. Uno de los primeros indicios es la necesidad de dar un uso más completo a las extremidades inferiores. El sujeto anhela inconscientemente el retorno a la ambivalencia de las partes superior e inferior. Sin ir más lejos, un reputado doctor de la Universidad de Miskatonik, afirmó el pasado mes haber encontrado un señor con capacidades prensiles en sus pies, ocasionándole cierta confusión funcional en sus miembros. Afortunadamente, ha conseguido la plena integración social por parte de todos los miembros de su comunidad. Esto es lo que se llama el impulso retroevolutivo.

Bueno, pero ¿qué pasa cuando no podemos huir de este comportamiento?. Os pongo en situación: vais a ver una peli, y no es lo suficientemente sesuda como para hacerlo en uno de esos cines que parecen un cuartito con proyector LCD para los colegas. Sesión numerada. La cajera ofrece un asiento, normalmente lejos de primera fila. Como no tienes muchas manías, aceptas el que te dice.
Primer error: las cajeras de los cines se lo pasan bomba poniendo a todo el mundo pegado. Si sólo sois diez, os pondrá a todos en una misma fila, pues entiende que se agradece el calor humano y la distribución pública de comentarios ingeniosos en tiempo real. Intuyen que esto es especialmente cierto en la gente que acude sola al cine.
Una vez dentro, y tras superar:

-Cretinos que leen en voz alta todo lo que sale en pantalla
-Politonos garrulos a máxima potencia en mitad de película, seguidos o no de conversación.
-Exclamaciones irrefrenables en escenas de acción (ej. “te l'has comío o qué?”)

Te giras para ver con quién han ignorado los derechos de admisión y te encuentras con un pinrelaco grimoso a pocos centímetros de la cara!! Sí, esa palurda vestida de domingos con bronceado nuclear, la que destila un aura de glamour de granja, como has visto en la tele mil, o ese payaso exfoliado simiesco que no se puede resistir a los cacahuetes que sirven en el Foster's en sus sospechosos abrevaderos, te han plantado su pie en el asiento.
Y, claro, el pie se lleva descalzo desde febrero hasta diciembre, con lo que lo más seguro es que no lleve ni calcetines.
Poco puedes hacer, porque cuando se activa el impulso retroevolutivo, es muy difícil razonar con el sujeto. Ya te puedes girar con la peor cara de desprecio y ascopena que hayas ensayado en el espejo, que no lo pillan. Un codazo accidental sólo los cambiará ligeramente de sitio. El empleado de sala es una figura casi extinta, y tendrías que salir afuera para pedir a alguien que ponga orden, si se trata de un grupo numeroso y amenazador.
Lo mejor en estos casos es ir bien provisto con una bolsa de cacahuetes, a ser posible con cáscara, y tirárselos por encima. Su impulso retroevolutivo le llevará inmediatamente a tratar de usar por igual manos y pies para recogerlos y comérselos, con lo cual estarán un buen rato con los pies ocupados.
Es un consejazo de Bancario Sectario ;).

Por cierto, os animo desde aquí a expresar en los comentarios las cosas que más os joden de la humanidad en general.

Ah! se me olvidaba, he puesto una encuesta para animar un poco el blog. Comentar que he obviado como opción al cantante del Canto del Loco porque no tendría emoción.