jueves, 15 de octubre de 2009

Bricopatía: ten un árbol chungo en casa.

Estaba yo pensando que ya es hora de poner contenido propio en el blog, y como esto entre otras cosas era para compartir estos apuntes pseudo artísticos, pues os voy a contar cómo se hace para tener un árbol (de Dunwich o no) dentro de casa, que siempre la deja como mucho más búcólica y acogedora (o no). Los forofos de la fantasía épica estarán de acuerdo conmigo, así como los fans de la serie B y folkie-góticos u otro tipo de ecologistas (hasta que sigan leyendo y se percaten de que en realidad estoy hablando de tener en casa un cadáver vegetal disecado a base de químicos). Estas son las cosillas que hacen de la casa de uno el templo freak que reconforta al empleado alienado que regresa de las cruzadas administrativas. No nos saldrá gratis, a saber:

- Fondo para tratamiento de madera (unos 10 pavos)
- Barniz o protector de madera (unos 6-7 pavos)
-Troncho de madera para cortar a cachos (? pavos)
- Poxipol o sucedáneo epoxi (unos 4-5 pavos)
- Super-glue o clavos (vamos, hombre, esto lo tiene to dios en casa)
-Masa para modelar (opcional) (2 pavos en los chinos)
-Arbolillo silvestre o rama troncha retorcida y/o bituminosa o de crecimiento exagerado y grotesco.

Total, unos 22 pavos. Menos lo que se divierte uno haciéndolo.

1) En primer lugar, lo más complicado: salgamos al monte y pillemos un arbolillo que nos mole. Lo más probable es que queramos algo más bien pequeño, para meterlo en nuestro piso (si tenemos un rancho, pues plantamos uno de verdad y ya nos planteamos hacerle una mierda de cabaña de pajilleros o algo así). De modo que, para que nadie salga herido, y como no lo queremos con raíces, mejor cogemos una rama grande que haya caído de un arbolazo o un árbol que ya esté tieso por lo que sea. Le echamos un vistacito, a fin de asegurarnos de que no nos llevamos medio ecosistema con nosotros en ese tronco, y lo metemos en el coche cual yanqui que se lleva su abeto navideño.

2) Si a simple vista vemos mucha vida en él, tenemos en casa más de reino animal que de vegetal, por lo que recomiendo darle puerta rápida ante la atenta mirada de los vecinos que se hacen cruces de lo freak que eres.
Si no observas nada a simpe vista, tendrá bichos y hongos. Para eso aplicamos el fondo, que es el producto tóxico feo que se encarga de liquidar todo eso. Si habéis tenido un mal día en el curro, podeis aplicarlo sin taparos la cara, y luego os vais a acostar. Si no os apetece un buen cuelgue, poneros una mascarilla o algo. Las de los chinos no hacen mucho efecto, aviso. Se aplica dos veces, con un intervalo de 24 hr.

3) Ahora que ya podéis arrimarlo al resto de muebles sin miedo a un abordaje, es momento de construirle una base para hacer el resto del trabajo más cómodo. Así que cogemos la barra de madera, de base cuadrada, y la partimos en cuatro cachos cual helado Contessa, con sierra manual o mecánica, dos largos y dos cortos, de forma que unidos formen un cuadrado (o lo que os salga del culo) con un hueco en medio para clavar el árbol. Las uniremos con super-glue (en mi caso funcinó a la perfección) o con clavos.

4) En el hueco echamos un relleno más o menos consistente de cosas sólidas (en mi caso, piezas de corcho de embalaje), a las que añadimos un tubo entero de Poxipol o similar para que cuaje. Antes del secado, obviamente, clavamos en medio de la guarrería el árbol y lo apoyamos de manera que se tenga recto hasta que seque. Ya lo tenemos incrustado en la base de por vida. Cuidado con que no salga el tronco por debajo demasiado, que se queda cojo. Y no lo digo por nada.

5) Opcionalmente, le hacemos raíces y cosas repulsivas, a elección del demente, con masa para modelar. La textura rugosa característica de la madera se la podemos dar presionado la masa una vez modelada con papel de estaño arrugado, para marcarlo con esas arrugas. Allá cada cual con su imaginación y sus problemas.

6) Aplicamos el protector (que penetra y nutre la madera) o el barniz (sólo protege el exterior, si ya llegó muerto, ¿para qué nutrirlo?). Es importante que cuente con algún tipo de colorante, para dar uniformidad al conjunto de árbol y masa. Los colores oscuros suelen ir mejor para esto.

Y por hoy, es todo. Acompaño con un detalle de mis raíces-tentáculos (el mío es de Dunwich).

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