domingo, 3 de noviembre de 2013

Smartphones para dumb ones

Básicamente escribo sobre este tema porque tengo la cabeza llena de esta mierda ahora mismo. A diferencia de la mayoría de los mortales, suelo cambiar de móvil cada 3 ó 4 años, lo que hoy en día es una barbaridad, y me estoy documentando a fondo, ya que pretendo que el trasto me acompañe durante unos cuantos años y no quiero elegir lo primero que la operadora se le ocurra para esta temporada. Actualmente ya sé lo que voy a coger a mi pesar, pero no lo diré porque no quiero vender un teléfono a nadie, para esas cosas ya tengo el curro.
Lo que me ha motivado a escribir el post es la cantidad de veces que me he llevado las manos a la cabeza informándome sobre eso que llaman smartphones. Los móviles puede que sean muy inteligentes, pero la gente que los compra desde luego no, y los fabricantes lo son para lo que quieren, como es su deber. Y debe ser que como muchos nos hemos mantenido largo tiempo alejados de este mercado, ahora nos encontramos con las idioteces heredadas de tres años de demanda-zombi pusilánime y conformista.
En fin, sin más dilaciones, a continuación enumero las aberraciones que hemos aceptado como normales y que las personas sensatas con aspiraciones tecnológicas hemos de sufrir. A partir de aquí trataré de convencerte de que tu móvil es basura, sea el que sea:

  1. Baterías que duran un día o menos. Esta salvajada intolerable que va en contra del mismo concepto de móvil (porque sólo lo es durante menos de 24 horas!) ha sido aceptada tranquilamente a base de rebajas progresivas de autonomía, lideradas en sus inicios por los iZombies, que son los consumidores que más han consentido y malacostumbrado a los fabricantes por ser también los pioneros en muchas de estas mierdas. La carrera desenfrenada por dotar de potencia a un cacharro que sólo la necesitaba realmente para procesar videojuegos no se ha acompañado del desarrollo paralelo que requerían las baterías. Esto es, como ocurre con el 90% de los males del mundo, culpa del marketing, que constata que unas transiciones gráficas bonitas y una línea esbelta en las carcasas venden más que un móvil funcional en una emergencia. Las resoluciones 1080p para una pantalla de 5" tampoco ayudan a la duración de las baterías.
  2. Despertadores que no funcionan con el móvil apagado. De hecho, podríamos hablar de móviles que no se apagan bajo ningún concepto, porque los tiempos de arranque y detalles como el propuesto lo hacen inviable. Esta es una de las primeras sorpresas que se lleva quien estrena smartphone, porque nadie te avisa de ello y nadie sospecha que algo tan jodidamente básico no va a funcionar como toca. Ocurre con todos los SO mayoritarios (incluyo WinPho como tal).
  3. Tonos de llamada que no se pueden personalizar. O, si se puede, necesitas llamar al amigo informático a para programarlo a tu gusto. Esto es típico de iPhones (no se puede) y Windows Phone (muy complicado, por lo que se dice). Marcas, en fin, que quieren tener absoluto control sobre la imagen externa de SU aparato, no sea que alguien se deje de comprar una manzanita por algún tarado que con su tono de Camela vaya haciendo mala publicidad del producto.
  4. MP3 de orígenes inciertos que no se pueden transferir a gusto del usuario, sino que tienen que ser procesados por iTunes, Zune o no sé qué mierdas para comprobar metadatos, atentados pirateros a la industria zombi musical y demás soplapolleces. Control de lo que haces y lo que pones en sus aparatos, una vez más. Aros estrechos e invitaciones a comprar en sus tiendecitas. Tiendecitas que luego carecen de todo lo que a un perturbado como yo le puede interesar, olvidáos de sellos pequeños y demás mandanga underground. Aquí hay que romper una lanza a favor de Android, que no da problemas de estos, las cosas como son.
  5. Pantallas cinemascope. Desde los años 90 la industria luchando por tener el móvil más pequeño
    ¿Da risa o no da risa?
    y cómodo de llevar en el bolsillo, ya sea por alto, ancho o fondo, para que venga ahora Samsung a decirnos que las pelis se ven mejor en 6! pulgadas. Y, lo peor, un montón de revinientes que en los foros se quejan de estos tamaños, pero que compran los terminales porque tienen el procesador más esforzado del momento. Y lo curioso es que parece haber un contubernio diabólico en los fabricantes para colarnos esto, porque lo último en tecnología siempre se integra en uno de estos grandotes. Así, el que busca ir a la última se lleva uno de estas Smart-lápidas y se va acostumbrando a la nueva mierda que quiere imponer la industria, todavía no sé muy bien por qué. Una vez más, esto es contrario al mismo concepto de móvil y una gilipollez como un piano, a no ser que gustes de tomar notas a mano alzada y dibujar cipotes en la pantalla de tu terminal.
    Para mi gusto, el límite está en las 4,3", suponiendo unos marcos muy ajustados.
  6. Cosa que he leído en Windows Phone y me han confirmado con algunas versiones Android: el volumen del aparato no distingue entre llamada telefónica, reproducción multimedia y aplicaciones. Lo que quiere decir que, si bajas el volumen mientras escuchas música con auriculares por la salud de tu oído, es posible que, horas más tarde, no escuches que alguien te llama porque olvidaste subir el volumen. Esto es un fallo de colleja a mano abierta, no tiene justificación ni perdón de ningún tipo, una imbecilidad incomprensible que, se rumorea, Winpho arreglará en su versión GDR3 (aunque no es oficial).
  7. Pantallas rompibles, móviles a prueba de nada. La mayoría de los nuevos smartphones tiene un riesgo del 50% de quedar completamente roto al caer desde cualquier distancia. Esto es así porque es mucho más bonito que el frontal sea todo de cristal, porque es más barato fabricar con plástico malo, porque es más classy fabricar en aluminio y porque queda feo poner un borde de protección alrededor de la pantalla. Marketing. En el anuncio, el móvil es precioso. Luego ya le pondrás tu una funda de plástico transparente que se hace amarilla con el tiempo, un calcetín gorrino de quita y pon o alguna garrulada en plástico rígido que te afea y engorda el teléfono. Decisión tuya, que conste.
  8. Por último, el tema de las aplicaciones. Las más demandadas acaban estando en todas las plataformas, pero las de los servicios públicos locales, bancos, tiendas, etc, algunas de ellas bastante interesantes, sólo salen para iOS (cualquiera diría que en nuestro país hay tantos) o iOS / Android. Como tengas cualquier otra cosa estás jodido, sobre todo porque se están empezando a ver servicios que no tienen equivalente en una triste web accesible desde cualquier aparato. Es muy típico ver nuevos gadgets que buscan financiación en Indiegogo o Kickstarter que funcionan exclusivamente bajo el control de un móvil iOS / Android. Con lo saludable para todos que sería un control alternativo vía web html5 para que pudieran vender sus inventos también a Blackberries, Winphos, Tizens, Firefoxes y demás.

 Y lo más triste es que, cuando llegamos a casa, seguimos encendiendo el PC para cualquier cosa que exija tecleo. Porque, aunque no lo queramos reconocer, odiamos esos condenados teclados virtuales.

Redactado desde mi iPhone... si hombre, ¿te imaginas qué mierda?

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