sábado, 19 de diciembre de 2009

El fin de la música.

Como no se me ocurría de qué hablar, pues he decidido tocar los cojones a los de siempre, que siempre es divertido y se merecen todo lo peor que se le pueda a uno ocurrir.
Hoy voy a hablar del fin de la música, de ese profético plazo de cinco años que algún gilipollas ha puesto a la música, así, en todo su vasto concepto, la música, señores, en mayúscula y negrita. Valiente sesos-de-culo hay que ser para referirise a la música con tanta ligereza y, lo que es peor, estar pensando al tiempo en tristes fórmulas comerciales impuestas a golpe de dial en los oídos más perezosos que, mal que nos pese, son los más abundantes.

Quiero exponer lo que un servidor opina (si todavía es legal) que puede acabar en cinco años si la cosa del P2P e internet continúa como hasta ahora. Sencillamente, la industria musical. Lo que falta por ver es en qué se traduce esto. Sinceramente, no creo que lo sepan ni ellos. Pero hay cuatro cosas que tengo bastante claras, y ellos también:

- Tengo claro que los 4 últimos grupos que me han sorprendido en el último año, no tienen el apoyo de ninguna discográfica, pero han grabado cada uno su disco e incluso he pagado (a un precio muy, muy razonble) para conseguirlo en algún caso. Sin discográfica de por medio, han conseguido un disco grabado, costeado por ellos mimos, han conseguido promoción (en recopilatorios  de descarga digital y MySpace), distribuyen sin problemas vía internet y organizan conciertos de los que no dudo que sacarán su merecido beneficio. Luego es posible la música y, lo que es mejor, la buena música, sin el amparo de protecciones y extorsiones mafiosas.

- También tengo claro que para mucha gente que no tiene la afición suficiente, no hay alternativa, por pereza o falta de tiempo, a las propuestas de la radio y la televisión. Claro está también que las discográficas se aprovechan de ello, y colocan a quien quieren en esos espacios de difusión masivos que controlan a su antojo a golpe de talón. Lo que está por discutir es qué oscuro interés tienen en poner unos y no otros. A estas alturas creo que no hace falta explicar que la calidad y el talento no tienen vela en este entierro.

- Tengo claro que para extender esos talonazos y aún así ganar fortunones, han de sacar mucha pasta  por la venta del formato físico, y todos sabemos cómo hace pasta quien la hace, al menos lo sabemos los que trabajamos en financieras y vemos rentas y esas cosas. Total, que el artista no ve un guil (un 6% del precio del CD, según la mayoría de fuentes).

- Ellos, por su parte, tienen claro que su negocio se va a la puta mierda, y los puestos de trabajo inmediatamente involucrados se van al peo, porque la gente tiene claro que lo que importa es la música y ésa está igual en el CD que en el MP3. Y yo, aunque reconozco que no es momento para cargarse puestos de trabajo (aunque, según dicen, todavía quedan 5 años para eso :P), sudo mogollón de sus lágrimas de cocodrilo.

Y todo eso por un motivo bien sencillo. Porque en el momento en que deje de existir una discográfica dictando a una emisora qué debe de poner y qué no, los músicos vivirán en democracia. Y los artistuchos mediocres y sin chicha como Bisbalito o Sanz, tan sobrevalorados y tan idiotizantes, estarán en igualdad de condiciones que los más talentosos y/o más humildes, a excepción de lo que sus fortunas les permitan, pero ya de un modo menos sostenible en el tiempo. Y la gente, de una puta vez, estará obligada a buscar y elegir lo que de verdad le guste.
Para ello, claro está, no debe quedar ni rastro de discográfica, por lo que hablamos de algo a muchos años vista. Pero yo sueño con ello. Con el día en que no me suene una canción hasta cuatro veces en siete horas en la emisora del hilo musical del trabajo, horadando mi cerebro y tratando de instalarse allí indefinidamente.

Porque, hagan lo que hagan, su puto imperio dictatorial de música ligera y temas livianos para amansar al rebaño está sentenciado. Y no sólo lo ha hecho internet. Lo ha hecho el formato digital, el MP3, y su facilidad para ser copiado, compartido y transferido. Y eso ya no lo para nadie.


4 comentarios:

A.Smoke dijo...

Se puede decir más alto, pero no más claro. Totalmente de acuerdo. Se tienen que acabar los jet privados y las mansiones para gentecilla que tienen de músicos lo que yo de lagarterana.

Bancario Sectario dijo...

Gracias, hermano. Si ya es gratificante comprobar que alguien me lee, imagínate que encima esté de acuerdo :).

Unknown dijo...

Totalmente de acuerdo compañer@, no solo te leo, comparto tu opinión y seguiré pasandome por aquí a ver que se cuece...
Salut!

Bancario Sectario dijo...

Ahora sólo espero que, como se teme por las asociaciones de internautas, no acaben haciendo de la red una "nueva tele", porque entonces hasta los que amamos la música lo tendremos crudo para llegar a lo bueno!