jueves, 3 de septiembre de 2009

Anuncios que dan puta grima



¿A quién no le toca los cojones que intenten hacerle reír tratándolo como a un retrasado? ¿A quién no le jode mogollón ir a un sitio y coincidir casualmente con un rebaño inmenso de gilipollas que han ido a ver allí algo que a ti te la suda? Pero bueno, volviendo a la primera pregunta, que es la que va con el post: ¿qué demonios ocurre hoy en día con la puta publicidad? ¿se han vuelto locos? ¿soy el único que tiene una lista negra de productos que no comprará jamás porque se murió de asco viendo sus anuncios?

Entiendo eso de que en el mundo de la publicidad lo importante es que se hable del producto, no importa cómo. Pero se les escapa algo. El objetivo no es sólo popularizar un producto, es venderlo, joder. Y un boca-oreja, como le llaman ahora, se entiende que es positivo si se habla bien del producto. Ahora mismo, me dispongo a echar un montón de mierda sobre unas cuantas marcas que han hecho unos spots insufribles. Esto supongo que constituye un boca-oreja desastroso para las compañías afectadas (en realidad no, pero sólo porque no me lee ni mi gato), pero es lo que hay, y bajo mi humilde opinión, no es lo que se busca en ningún anuncio, he aquí la paradoja de hoy. Así que seguidamente relaciono lo que no soporto de un anuncio (intentaré hacerlo por bloques, pero saldrá lo que salga):

1) Anuncios sencillamente subnormales: anuncios en los que sale alguien haciendo el subnormal, o diciendo subnormalidades para captar tu atención.

- Anuncios de Línea Directa; el pobre hombre que dobla a Peter Griffin no se ha visto obligado a decir más memeces en 7 temporadas que lleva cascando sus diálogos. El tono desganado y sin matices con el que habla se debe probablemente a que se ve obligado a hacerlo totalmente borracho. Por lo que respecta a los tres subnormales mudos del tirí-tirí-tirí, comentar que me hace más gracia ver a un gato chafado en la carretera (y tengo uno). Un seguro que nunca me haré.
- Anuncios de Trina, los que se mojan de lo lindo con la generación de los 80, que confunden desenfado con tontuna oligofrénica. El mensaje que saco yo de ellos es el siguiente: Los jóvenes que cuentan con entre 25 y 35 años son unos moñazos ingenuos pusilánimes que pasan el rato pensando en mierda con una sonrisa de oreja a oreja. Oye, que igual tienen razón, pero no me parece un buen discurso para vender un producto a esos jóvenes. Lo dicho, anuncios musicales con orgías de estulticia.

2) Anuncios de espabilaos: anuncios que presentan a un tío resalao y descarado como estandarte y modelo de identificación o wannabe del target con la marca. El problema es que los publicistas se quedan faltos de garra, o pretenden llagar a tanta gente, que queda un personaje más tonto que su puta madre:

-Anuncios de Fanta, y no hace falta que diga más. ¿Quién no ha soñado con ver al idiota ese que con poco se lo monta linchado hasta quedar tullido? ¿soy el único que lo ve tan tontolnabo que le pone la piel de gallina?. Es decir, ninguna de las cosas que le pasan son especialmente guays, él no es guay en absoluto y el anuncio, en general, es muy irritante. La estúpida musica ayuda a sacar lo peor que llevas dentro. El mensaje que lanza es "cuidado con ir por la calle con un bote de Fanta, pueden pensar que eres imbécil".

-Anuncios de San Miguel. Los publicistas de San Miguel son un auténtico referente de gilipollería. Las versiones de Paquito el Chocolatero y los topicazos ramplones para paletos endogámicos no son una mala racha de la firma. El último gilipollas de la marca, el payaso ese que un día se harta de todo y se va con su cara de lerdo a encontrarse con gente de distintos países, cuenta con lo más glorioso de los anti-anuncios cerveceros: un tío que va de sobrao y de majete, rajando con clichés chabacanos de países a los que les va mejor que a nosotros, concluyendo que lo nuestro es lo mejor porque sí.
Es una pena, porque de las marcas baratas, sinceramente es la que más me gusta, quizá sin esa losa publicitaria que soporta vendería como churros ella sola.

-Tinto de Verano La Casera: "Mariano, que sin Tinto..., no hay verano". Me acaba de dar un escalofrío tecleándolo, os lo prometo. Es todo tan... puagh. ¿Por qué quieren que asocie su tinto de los cojones con lo más vergonzoso de nuestra cultura? Gente abigarrada y panzuda tirada en una hamaca sin hacer nada, familias numerosas de gente típica de la que nace, se reproduce y muere en estampas obscenas de ocio veraniego, y lo más grande del patrimonio español: el binomio listillo-tontillo. Hay una serie de personajes listillos, que se supone que tienen que caer simpáticos (son los que dicen "Mariano, ...") con menos personalidad que el papel del culo, y unos personajes tontitos (el propio Mariano), que son los que se llevan las collejas y las mofas por toda la cara. Esto a los españoles les flipa, es un fundamento del humor patrio que ha funcionado sin descanso desde que España es España. Para rematar, añaden toques de humor de nivel como una peluca que sale disparada al caer un rayo. Para quitarse el sombrero.

3) Anuncios que tienen por objetivo dar repelús. Yo no sé qué les han contado a estos publicistas en la facultad sobre nuestro comportamiento, pero os juro que la sola visión de una de estas marcas por la calle me revuelve el estómago, funcionan como un auténtico repelente.

-Anuncios de ING Direct: estos hijos de puta lo ponen muy difícil para abrirse una de sus cuentas sin sentirse un cretino. Arrancaron con su insufrible tema "We got the hole world in our hands", sacada de un vinilo que grabó un grupo inglés junto con un puto equipo de fútbol (de ahí el tono mongoloide de las voces), lo que a su vez era un destrozo de una canción tradicional gospel.
El tono de la canción era de un aborregante que daba miedo, sobre todo viniendo de un banco. Perdonadme, pero los mensajes de tranquilidad y buen rollo de parte de un banco me ponen los pelos de punta. El título de la canción tampoco me parece lo más apropiado para vender un banco.
Ahora continúa con su campaña "Ya lo sabía", confirmándose como una de las entidades más gilipollas del entorno comercial global. Son anuncios de corte humillante que apelan al amor propio cancelando todas las cuentas que se tengan allí.

-el de la Mutua Madrileña: Te levantas un día de buen rollo, reconciliado con todo, amando al prójimo y con ganas de salir y ver mundo, y de repente te sale el gordo este de los cojones, larga eso de Sooooy! con su mierda de voz engolada de opereta, y se queda con una sonrisa tonta como si acabara de obrar un prodigio. Y te ha jodido el día, en serio, ya eres todo odio hasta que te vas a dormir. No hay derecho. Una vez superas eso ya te da igual todo, los sectarios fanáticos que cantan con fervor rockero el mierdoso mantra de adhesión a la compañia, la familia vonosa que invoca la misma ponzoña para que interceda ante las adversidades de la carretera... joder, es que estamos hablando de una puta COMPAÑÍA DE SEGUROS... ¿nadie se dio cuenta de lo siniestro que suena eso de "Soy de la Mutua"?

En fin, me dejo muchos en el tintero, y de seguro es un tema actualizable y continuable. Y, a todo esto, ¿cuales creéis que me he dejado? ¿algún comentario sobre lo dicho?

4 comentarios:

Lucy dijo...

lástima que ahora los anuncios de compresas estén de bajón y no estén emitiendo ninguno, porque suelen ser horribles

los de clean&clear a mí me ponen de muy mala hostia, pero igual es algo más personal y al resto de la humanidad no le dan tanto asco :s

Bancario Sectario dijo...

Oh, sí, qué ascazo. Si fuera mujer, habría dejado de usar compresas y tampones hace mucho.

Anónimo dijo...

Pues a mi me daban mucha pena los de Timofonica, que le llaman gilipollas al consumidor en su cara, así directamente. Es otro subgénero de anuncios, los que van destinados a tontos sin paliativos ni disimulos.
Una pena que no me acuerde de ejemplos, pero me llamaba la atención que no hacían binomio listo-tonto. El consumidor del producto era el tonto, y punto.

Bancario Sectario dijo...

Hostia, sí, que puto asco dan los de Timofónica!! lo que pasa es que esos dan grima todos, habría que hacer un categoría específica para Timofónica.