Ayer haciendo la compra vi a una señora mayor en el supermercado totalmente abroncada por robar arroz. Era una señora completamente normal, con un aspecto que no coincidía con lo que el imaginario colectivo relaciona a una ladrona. Ninguna etnia curiosa, nada que indicara un extracto social marginal. Y no era la primera vez que lo hacía, lo que pasa es que se ve que era un poco burra y lo hacía muy mal, probablemente por falta de práctica. Parece una tontería, pero no había visto nada por el estilo en mucho tiempo, y me dio que pensar. Porque lo mismo no era un hecho aislado. A lo mejor es que la gente, ésa que se quedó en el paro al principio de la crisis y que ahora no recibe ni agua de lluvia, está empezando a pasarlo realmente mal, y están dando sus primeros pasos como mendigos o ladrones, con todas las torpezas que eso implica.
La verdad es que es una idea que me preocupa, porque parece que los efectos de esta gran estafa que es la crisis empiezan a ser evidentes, pero las reacciones de sus víctimas son, como siempre, las peores que podemos imaginar.
Por algún motivo, el hecho de que las medidas que se están tomando en toda Europa para paliar la crisis no surten el efecto esperado sino todo lo contrario, no parece ser un secreto para nadie. La rebaja en la prima de riesgo que vimos para nuestro país de 5 a 1 al poco de ganar Rajoy las elecciones no fue fruto de la casualidad, y a las medidas anunciadas me remito. No sé qué demonios prometió este tipo a los mercados de la carroña para que se animaran con tanto descaro a la compra de bonos españoles, pero poco a poco se va desvelando. El problema es que la confianza de estos Gollums asustadizos es efímera, y ya estamos otra vez como al principio, por un tema de estos de faltar al honor de la mafia financiera con una medida de exigencias de capitalización. Lo cierto es que todas estas exigencias de capitalización de pérdidas e inmuebles son una mierda tremenda que acaban pagando clientes y empleados de banca, pero es cierto que la repugnante presión que ejercen a través de la especulación hace que no tengan quien les defienda.
Si concedemos, dada la información que circula por diversos canales, que una parte importante de la población es consciente de que los dos paquetes de medidas propuestas desde el Gobierno son una basura, mayormente impuesta desde las élites financieras, y no se ha organizado una turba multimillonaria de gente para exigir cabezas y poner al frente a un equipo que represente a los que votan, la situación es muy preocupante.
Significa que el plan corporativo está consiguiendo los objetivos que se propuso; propugnando el individualismo salvaje, a través de una falsa sensación de autosuficiencia basada en la creencia de disponibilidad ilimitada de productos y servicios, sustituyendo la fe en la humanidad (dónde quedó eso) por la fe en el sistema y potenciando y controlando los medios de comunicación tradicionales.
Por eso, al ver a esta mujer optando por robar comida, me dio la sensación de que los tiros pueden tirar por este camino, el sálvese quien pueda, en vez de por la necesaria revolución que muchos estamos esperando, imposible sin unión ni comunicación, esas reuniones en plazas con hogueras (muchedumbre + fuego, miedo que te cagas) que vimos en Islandia. Sin obviar que existen métodos revolucionarios individuales (e.g. triple huelga), el futuro puede tirar más hacia La Carretera, de Mc Carthy, que hacia lo que pintan los de Zeitgeist o la saga Mass Effect.
Una cosa hay que dejar clara a todos los cretinos que se creen muy salvos para mojarse por nada: ninguna nómina está a salvo, ningún negocio es seguro. ¿Que te va fenomenal en el negocio y ganas dinerete a expuertas? Cuídate de que tu mejor cliente te deje con el culo al aire con impagos de 300.000,00 € y cuéntame dónde está la arrogancia de puto mono que tienes (verídico). ¿Que tienes una nómina superior al millar de euros en una gran multinacional? Procura que los ejecutivos y los socios tengan su forraje intacto a final de mes, porque como empiece a faltar un céntimo te harán jugar a eso de las sillas y la música. Tu arrogancia también se irá al cuerno entonces, por cierto.
Suerte que todavía nos queda internet (mientras dure). Pero yo había entrado para hablar de las rebajas, que suele ser el santuario de comercios de todo tamaño durante el apático mes de enero, aunque parece que este año ni eso. Como me he extendido demasiado con otras mierdas, resumo lo que venía a poner con unos sencillos puntos. El objetivo, no lo olvidemos, es comprar algo que andamos buscando pero por un precio más acorde a nuestro modo de vida:
1 Ve en transporte público. Si no es posible o temes hacinarte en una especie de cajón de transporte de ganado, ni se te ocurra aparcar en la calle. Aparca en parking de pago, directo, sin titubeos. Lo que valga bien vale la pena en los primeros días de rebajas.
2 No creas que por pagar te vas a librar de competir salvajemente por un sitio de mierda a tomar por culo de la puerta. Ve directo a los niveles más profundos del garaje, la gente tiene la estúpida costumbre de matarse en los niveles superiores y dejar medio vacíos los últimos, como si no hubiera un ascensor ni un mañana.
3 Ten en mente lo que necesitas y lo que buscas, no quieres salir de allí con un montón de bolsas llenas de mierda barata.
4 No te entretengas con las luces y las letras grandotas, eso te hará ganar tiempo y te dará ventaja sobre otros zombies sin rumbo fijo.
5 Evita los pasillos anchos y las zonas de paso generales, lo tuyo es escabullirte entre lineales de ropa y sitios estrechos con la mente fija en tu objetivo.
6 Aprende a distinguir entre rebajas y desmierde. Muchas tiendas aprovechan estas fechas para sacar lo más feo e innombrable, cobrándolo a su justo precio si es que lo tiene. Recuerda que esto va mayormente de productos guays de temporadas pasadas que se saldan.
7 Evita estar demasiado tiempo en zona de combate haciendo alguna visita, por ejemplo, al lavabo. Ahí podrás recomponer tu cabeza por unos instantes y vaciarla de cantinelas monótonas y mensajes perturbadores que disparan desde megafonía. ¡Céntrate!
8 Las colas en los probadores pueden inducir fácilmente al nihilismo y la inapetencia vital. Si la cosa está muy mal, mírate la prenda a ojo y si no es lo tuyo, ya lo devolverás.
9 Llévate, si puedes, algún libro o algún móvil con conexión a internet para poder aprovechar el tiempo que pasas en las colas de pago, posteando alguna mierda sobre el horror de las rebajas, por ejemplo (no, tranquilos, no es el caso). Eso te mantendrá cuerdo y te granjeará la envidia irracional de los ociosos.
10 Evita las cafeterías y similares, la gente acudirá a ellas movidas por un impulso consumista iniciado en el centro comercial del que pronto perderán el control. Recuerda que ellos no evitaron mirar las luces y las letras grandotas.
11 Llévate un bocata y un par de cervezas. El alcohol mantendrá tus nervios
templados cuando te veas acorralado por una horda y no puedas avanzar a
un ritmo normal, y el bocata te ayudará a permanecer en pie dando pequeños pasitos el tiempo que sea necesario, en caso de que no puedas seguir correctamente el quinto consejo. Todo ello mateniendo tu bolsillo a salvo.
12 El momento más aconsejable para llevar a cabo toda la operación será la franja que va desde las 14:00 a las 16:00 hrs. Recuerda que la gente gusta de hacer cada cosa en el mismo momento, y estas horas se las reservan para comer y digerir.
Es un consejazo de Bancario Sectario!
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