Hace mil que no posteo una mierda, y el caso es que tenía un par de temas de los que quería hablar, pero no conseguía sacar ganas de ninguna parte, así que me dije: "coño, ¿qué pasa con las ganas de postear? ¿por qué no te pones a insultar a nadie o a despotricar contra el sistema y la humanidad, como siempre?". Y me he contestado: "pues porque estos días salgo hecho una mierda del trabajo, estoy cansado y hasta la polla de mil cosas, y ando con la cabeza en otros temas". De modo que he pensado: "hey, postea sobre uno de esos temas, tío".
Y este es uno de ellos. En efecto, ando enfrascado en la lectura de este cojonudo cómic de los
Luna Brothers, tándem dibujante-guionista relativamente desconocidos en tierras taurinas pero de popularidad creciente y bien merecida en el comiqueo yanqui. Norteamericanos, pero de origen filipino, estos mendas han hecho poco pero muy potable. El estilo de dibujo es bastante personal, sencillo, escueto en tinta y funcional. Como todo, puede gustar o no. Hay quien se queja de la expresión de los personajes; yo no creo que falte expresión en absoluto, aunque imagino que puede dar esa sensación por la parquedad de líneas faciales. Sin embargo, con poco trazo el dibujante comunica lo que se propone. El color, por otro lado, muy
photoshopero, me parece de lo más acertado, destacando el uso de los desenfoques en aquello que está en movimiento o permanece en segundo plano, dando un aire muy cinematográfico a la viñeta.
Pero si hay algo que atrapa aquí sin duda es el guión, que cosecha palabrotas de admiración en todos los ámbitos. Ojo, tampoco estamos hablando de un Alan Moore ni un Gaiman. Girls no os va a cambiar la vida, pero os va a atrapar con una historia entretenidísima, adictiva, original, unos personajes bien perfilados, ideas bien desarrolladas y una lógica plausible detrás de cada evento o cada giro. Por no hablar de los
cliffhangers al final de algunos capítulos. De hecho, es lo más parecido a una buena serie de televisión que he leído en cómic, y no me olvido de
Los Muertos Vivientes. Lástima que
Girls jamás podrá llevarse a la televisión, al menos por los yanquis, ya que salen tías desnudas. La historia no tendría el mismo encanto si ellas fueran envueltas en sábanas hasta los sobacos.
La ambientación es agradable, muy Stephen King, pueblo sureño de la América profunda con menos de 50 habitantes, con granjas, maizales y todo eso que mamamos los aficionados al terror de nuestra generación. Eso sí, desde el respeto y el cariño, lo mismo que hay paletos animalizados, hay gente border normal y hasta medianamente inteligente.
El lío comienza en el bar del pueblo, donde el protagonista, una noche asqueado de todo, y habiendo cortado con su novia recientemente, se emborracha y entra en
berserker misógino, leyéndole la cartilla a toda moza y mujer que se encuentra en el local, con lo que se gana la expulsión por la puerta grande y un paseíto hasta casa para tomar el aire. En eso, lo que parece ser un gran trueno irrumpe en la noche, dando paso a la aparición, en medio de la carretera, de una chica de toma pan y moja completamente desnuda y herida en el hombro.
El chaval, todavía borracho, que tampoco es tan chungo como parece, detiene su coche, le ofrece ayuda y la lleva a su casa, ya que ella no suelta prenda de nada. Allí, la viste, le prepara una cena y trata de saber sobre ella, sin éxito. Cuando decide salir a buscar ayuda, ella se lanza sobre él y lo viola sin mucho esfuerzo.
A la mañana siguiente, resulta que todo el pueblo se ha quedado incomunicado y sin luz. Por otro lado, nuestro amigo descubre que la misteriosa chica está encerrada en el cuarto de baño... ¡¡poniendo huevos!!. Cuando, rápidamente, esos huevos alcanzan el tamaño de un sillón de diseño setentero, eclosionan y aparecen más tías, iguales a la anterior. Ethan, el prota, no da crédito, y en principio intenta mentenerlo en secreto, rezando para no haber pillado algo feo. Pero los bellezones han llegado con una misión espeluznante, y proceden de algo súper grotesco que está causando estragos en el campo de maíz de los Pickett.
Dejándolo así parece un buen planteamiento para una peli porno, pero nada de eso. La historia está tan llena de buenas sorpresas que no quisiera hacer ningún tipo de spoiler, pero puedo a adelantar que a partír de aquí prosigue una historia cojonuda salpicada de reflexiones diversas acerca del sexo, el pensamiento masculino y femenino, la muerte, la confianza en el prójimo o la sempiterna conducta humana en situaciones límite.
A un par de números de acabar con la historia, puedo asegurar que aún no sé de dónde ha salido lo que hay en el maizal de los Pickett, qué ha cortado exactamente las comunicaciones en el pueblo o cual es el fin último de las retorcidas calentorras, pero es un milagro que haya podido escribir esto sin haber devorado lo que me queda.
Originalmente publicado por Image, en España se encarga de maldistribuirlo Planeta de Agostini Cómics, que, en un alarde de respeto a sus lectores, publicó los dos primeros tomos recopilatorios (de cuatro) y pasó un huevo de sacar los otros dos, desde nada menos que 2006. Así que desde aquí invito a sudar lo mismo de comprarles sus tomitos, e importarlos vía E-bay (como ha hecho un servidor) o Amazon o whatever, o bajarlos en
Taringa!, en versión original, con el inconveniente de no poder llevarse el monitor a la cama o el sillón.